La compañía Naughty Dog se ha caracterizado por ofrecer aventuras gráficas desde su creación en 1986 bajo el nombre de JAM (pasando a su actual nombre en 1996) hasta la actualidad, ofreciendo franquicias tan conocidos como Crash Bandicoot para Playstation 1, Jak & Daxter para Playstation 2 y Uncharted para Playstation 3 y 4. El prestigio de esta desarrolladora de videojuegos ha ido aumentando y ha alcanzado su culmen con la aventura de supervivencia y acción que nos trajo en el verano de 2011 con el título The Last of Us.
De esta forma, siguiendo la estela de juegos de supervivencia, especialmente el denominado survival horror, compartiendo género con otros grandes juegos como Resident Evil, pero también de ciertos juegos de rol en la cuestión de recolección de objetos y creación de herramientas de trabajo, así como el aumento de las características del personaje. Precisamente, guarda cierta similitud con el videojuego fallido que es I am Alive, título que da la sensación de incompleto y que se centra especialmente en la escalada como elemento fundamental, pero que tiene ciertos elementos, como la posibilidad de apuntar con un arma sin munición para disuadir a los enemigos, que hubieran sido ideales para incorporar a la pieza tan completa que ya es esta aventura.
La historia nos sitúa en un mundo post-apocalíptico, otro elemento clásico no solo de muchos videojuegos, sino de muchas creaciones cinematográficas y literarias, donde una infección a través de unas esporas ha comenzado a convertir en seres horrendos y caníbales, trasunto de los zombies habituales, a los seres humanos corrientes. El prólogo nos pone en la piel de un padre, Joel, y su hija Sarah, de doce años, que deben abandonar su casa ante la epidemia causada por el hongo Cordyceps. Tras esta huida, transcurren veinte años hasta que ocupamos de nuevo, y esta vez para casi todo lo restante del juego, el cuerpo de Joel, convertido en contrabandista en un mundo que ya no tiene similitudes con el nuestro, y que lo ha convertido en un hombre duro, frío y desapegado. El encargo de llevar a una niña, Ellie, en busca de las Luciérnagas, un grupo de resistencia contra las acciones del ejército, cambiará su vida en un viaje que también será interior y donde el jugador podrá sentir la dureza de este mundo a través de los distintos personajes que desfilarán por la pantalla.
Aunque da la sensación, por diferentes objetos, de que esta aventura podría haber sido un mundo abierto, lo cierto es que se divide en capítulos y resulta estar cerrado a un camino desde un punto a otro, aunque con la opción de poder investigar gran parte del escenario o dedicarse en exclusiva a avanzar hacia el destino. El juego nos invita a explorarlo todo para conseguir la multitud de coleccionables que contiene, imposibles de recolectar en una partida y obligando, por tanto, a revisitarlo. Tampoco se trata de un juego donde malgastar munición o recursos, ya que nunca sabremos cuándo recuperaremos las balas gastadas o los utensilios necesarios para volver a tener un botiquín, por ejemplo, lo que nos obliga a pensar nuestra estrategia de avance entre hordas de bandidos o de infectados.
Si bien es cierto que la dificultad es progresiva, algunos niveles resultan repetitivos, faltando una variedad mayor de infectados o de situaciones, aunque es cierto que el juego sabe dar una vuelta de tuerca en su trayecto final, tanto en el penúltimo capítulo como en el último. No obstante, la inteligencia artificial del juego falla en ocasiones y nos deja al descubierto con cierta facilidad si nos descuidamos. Tampoco existe propiamente un jefe final, salvando una excepción donde deberemos plantear una estrategia para derrotar a un enemigo superior a nosotros, y no precisamente en el final del juego, lo que ofrece algo variado respecto a lo que estamos acostumbrado.
La historia, por su parte, resulta previsible en ciertos momentos, debido sobre todo al conocimiento que tengamos del género, pero logra mantener la intriga en ciertos pasajes y no se estanca nunca, ofreciéndonos intensidad y tensión a partes iguales. El final resulta abrupto, quizás marcando una posible segunda parte, quitando el hecho de que exista ya un DLC (una maldita moda existente en la actualidad que va contra la idiosincrasia de lo que eran los videojuegos en origen) que cuenta una historia anterior y paralela al juego. Resulta también curioso que ya tenga una remasterización para la nueva consola de Sony, quizás aprovechando el éxito, completamente justificado, que ha tenido, pero que resulta anómalo para un juego que lleva tan poco tiempo en mercado.
Para finalizar, no podemos dejar escapar en esta valoración y reseña la estupenda banda sonora, centrada sobre todo en la guitarra, compuesta por el argentino Gustavo Santaolalla y que logra aumentar las emociones del juego y, sobre todo, la soledad inquieta de esta gran aventura de supervivencia creada por Naughty Dog
Escrito por Luis J. del Castillo
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