Noticias: Próximamente en BdC

31 mayo, 2012

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Generalife (Granada), por MB&LJ

Recuperando el tiempo, este mes ha conseguido suplir la falta de entradas del mes de abril, recuperando el número de entradas que hicimos en marzo, el máximo de lo que llevamos de año y, a diferencia de marzo, con entradas culturales alejados de las noticias sencillas de aquel mes. En cuanto a los números de este mes, hemos superado a abril, donde habíamos decaído, rozando los 24.000 de nuestro récord. Hemos llegado a 125.000 visitas y en pocos días alcanzaremos las 130.000.  Hemos aumentado también en número de seguidores, de 83 a 86, y en nuestro Twitter también aumentamos de 124 a 130. Y aunque han ascendido los comentarios, son escasos, y seguimos animando vuestra participación.

Aunque seguimos con nuestra variedad en la temática, ha predominado este mes la literatura, especialmente nuestra sección de Clásicos Inolvidables y algunas reseñas y críticas de libros más actuales. Es el caso del comentario sobre El sí de las niñas por parte de nuestra sección, o la reseña sobre Un regalo del cielo, más actual. Además, debemos agradecer la presencia de un nuevo colaborador: Javier C. Aguilera, también conocido como Patomas, el pato Donald en su vertiente de superhéroe. Nuestro nuevo participante en esta travesía de Baúl del Castillo ha iniciado una sección donde nos hablará, sobre todo, de cine de ciencia ficción, fantástico o de terror, campo poco trabajado en nuestro blog. Ha iniciado su andadura con En la boca del miedo, de John Carpenter.

Patomas, nuestro nuevo colaborador listo para redactar
Por otra parte, es importante señalar la reforma que hemos realizado en el blog, añadiendo algunos elementos a la cabecera, una licencia de Creative Commons y hemos modificado el cartel del inicio añadiendo un Index con nuestras diferentes páginas de organización del blog, como un índice con las críticas y las reseñas, una clasificación de nuestras secciones, la página de efemérides, antes conocida como necrologías y aniversarios, y una nueva página con nuestros proyectos personales. Además, hemos añadido nuestra página con los colaboradores, tanto actuales como los antiguos.

Esperamos en los meses de verano seguir con nuestra actividad y os animamos a que comentéis las entradas y compartáis cultura.

 
Un saludo,
L.J.

PD: Para después del verano comienza la nueva gira de Fito & Fitipaldis, una gira más cercana con el público.



"El escritor necesita una pluma, el pintor un pincel, el cineaste todo un ejército"

-Orson Welles




Clásicos Inolvidables (XIII): Cartas finlandesas, de Ángel Ganivet

29 mayo, 2012

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Nos encontramos ante una de las obras del insigne y simbólico precursor de la Generación del 98, Ángel Ganivet, alejado de la Ilustración de Cadalso o Moratín y dentro de una época turbulenta que llevará desde las corrientes románticas hasta el realismo y el naturalismo. Pero él compartirá la angustia espiritual que le valdría un puesto al lado de Unamuno, amigo suyo, en la clasificación hecha por Ortega y Gasset de las últimas generaciones del siglo XIX. Compañeros de Ganivet pedirían al granaíno información de Finlandia y encontrarían respuesta en esta obra, publicada primero en un periódico local llamado El Defensor de Granada, y posteriormente recopiladas en una edición de 1898.

Edición de las Cartas finlandesas con otra obra de Ganivet
Llaman la atención en estos capítulos a modo de cartas, del irrepetible escritor granadino, los geniales encabezamientos, preludio de un contenido tan actual como lo fuera en su día, narrado con la gracia del que se sabe, como diría Heinlein, forastero en tierra extraña. Enunciados tales como “donde el corresponsal, auxiliado por su criada, satisface la curiosidad de una curiosa cocinera granadina” o “donde se aplican al gran ducado de Finlandia las diversas teorías inventadas acerca de la constitución de las nacionalidades, y se demuestra que todas esas teorías son completamente inútiles”.

Retrato de Ángel Ganivet, por J. Ruiz de Almodóvar
Ganivet pasó unos dos años en Finlandia, de 1896 al 98, año de su muerte, como cónsul. Pero en tan poco tiempo publicó varias de sus obras más notables, incluyendo, claro está, las presentes Cartas finlandesas, todo un alarde de narrativa epistolar, elegante y amena. Sentencias como “aquí he encontrado ya varias personas que hablan y escriben correctamente media docena de lenguas y que no saben decir nada en ninguna”, perteneciente al capítulo X, parecen extraídas de la ácida y nihilista sit-com Sí, Ministro (1980-87), pieza maestra de la historia de la (buena) televisión, de la que espero ocuparme cualquier otro día, y que comparte no poco de la ironía, e incluso por qué no, de la típica malafollá granaína, en su vertiente más desprejuiciada y humorística. Pensamientos como “hay que ir dando largas e ir dejando el trabajo a los que vengan detrás, porque las gentes nunca están satisfechas y si se les da lo que ahora piden, no tardarán en pedir algo nuevo”, muy bien podría suscribirlos el mismo sir Humphrey de la citada serie, que se halla en sintonía -precisamente-, con el gran cronista de su tiempo (y por ende de todos los tiempos) que fue Ángel Ganivet, en hipotética y tronchante relación.

No obstante, parece más que improbable que Anthony Jay o Johnnatan Lynn, creadores de la irrepetible serie, conocieran a Ganivet o la tradición satírica española desde Quevedo, aunque cabe destacar que la pléyade de escritores sarcásticos británicos es igualmente abultada: desde Oscar Wilde a Lytton Strachey.

Otra joya. Dice Ganivet “para que una universidad (en España) emplee bien el dinero, tiene que ganarlo ella misma” en el capítulo XIII. Y siguiendo con el paralelo, otro impresionante ejemplo relacionado con la política que no nos resistimos a transcribir: en una de las innumerables revueltas estudiantiles que agitaron la vida escolar de mi tiempo, no recuerdo en cuál, en una que sería provocada, como de costumbre, por las reacciones gubernativas (…) se reveló un nuevo orador que desde lo alto de una reja nos arengó, nos entusiasmó y nos inflamó a los incipientes revolucionarios (…) En la reunión se hallaban dos señores viejos atraídos por la curiosidad, y tengo muy presente que el uno dijo: “este muchacho llegará a ministro”; “¿en qué te fundas?” - repuso el otro-, “porque lo que yo creo que está diciendo es una sarta de disparates”; “porque los dice bien, y además tiene una agilidad sorprendente para encaramarse en sitios altos; repito que ministro tenemos”.

Alhambra y Granada desde el Generalife, fotografía de MB&LJ
Junto a estas, otras afirmaciones sarcásticas y políticamente incorrectas (por eso mismo muy valiosas, por imperecederas), respecto al matriarcado en Finlandia, como en “esbozo crítico, un tanto benévolo, de las cualidades estéticas de las mujeres de Finlandia”; así como incisivas observaciones acerca del progreso, los cargos públicos o la familia, se deslizan por la obra con la implacable finura del gran observador, que además sabe transmitirlas.

Ganivet define al individuo finlandés como “calmoso hasta un extremo desesperante, aunque con una constancia a prueba de bomba”. Pero la intención crítica es bidireccional. Igualmente disfrutable es el apartado acerca de cómo nos ven los finlandeses a los españoles en el capitulo XI, así como la descripción de sus vistas, paisajes y cuadros en el XII, sus diversiones populares en el XVI, o el tipo de borracho finlandés, al que dedica el capítulo XVIII, proponiendo el autor un singular mapa de pimpantes isoglosas, según la intensidad alcohólica, y que animamos a descubrir al lector curioso por sí mismo, ya que representan, con pasmosa modernidad, la experiencia e impresiones del autor en la tierra de Sibelius y Alvar Aalto.

Paisaje finlandés
Pero junto a estas divertidas y certeras impresiones, no olvida el autor su gran amor por la literatura, tratando de averiguar todo lo posible con respecto a la finlandesa. De ese modo, Ganivet apunta que la literatura primitiva de Finlandia comprende géneros muy diversos, cuyo ejemplo son composiciones de carácter lírico o canciones, algunas relativas a la magia. Una especie de saber elevado o filosofía natural, como la define el autor, cuyo objeto era el conocimiento de los términos mágicos con los que se creía poder dominar a las fuerzas naturales.

Ángel Ganivet
El asunto principal de los primitivos cuentos épicos es la lucha entre dos regiones del país: al sur Kalevala, representación de la propia Suomi, es decir, Finlandia, y al norte Tapiola, reino de las tinieblas sito en la zona de Laponia.

Un gran pensador y escritor, alguien que llegó a decir que “el hombre es el más misterioso y el más desconcertante de los objetos descubiertos por la ciencia”. Se habla, con motivo, de su angustia espiritual, pero leer a Ganivet sigue siendo fuente de placer, reflexión y entretenimiento. Un tres en uno pocas veces superado.

Obra para leer (y disfrutar) una y otra vez, como volver a contemplar una buena película. Las Cartas finlandesas se erigen como un monumento al ingenio y el gracejo granadinos de su autor. Por su claridad expositiva, facilidad del dardo verbal, elocuencia desternillante e irrepetible trascendencia, cuando yo sea mayor quiero ser como Ángel Ganivet.

Escrito por Javier C. Aguilera

Clásicos Inolvidables (XII): Cartas marruecas, de José Cadalso

28 mayo, 2012

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Dentro de la literatura de la Ilustración, de la cual ya hemos visto El sí de las niñas, de Moratín, nos dirigimos ahora a la prosa de la época a través de una obra epistolar: Cartas marruecas, de José Cadalso.  Es importante recalcar que el movimiento ilustrado, como ya dijimos, buscaba la utilidad en el arte, y así sucedía con la literatura. En esta época surgen, precisamente, los ensayos, textos escritos en prosa que pretendían divulgar ideas científicas para el bien común, llegando a la razón, motor principal de una sociedad feliz y equilibrada. Y como fuente difusora de todos estos textos, el periódico, que tendrá su auge en el siglo XVIII, llegando a publicarse más de cien en España, aunque debido a la censura y la represión sufrida a finales de siglo por el miedo a una revolución social el número de periódicos descenderá de forma drástica. Estos periódicos fomentaron la aparición de ensayos breves cuya forma se iría acercando al artículo periodístico de autores del siglo XIX, como Espronceda o, más conocido por este tipo de obras, Larra.

Salón donde se transmitía los pensamientos ilustrados
Debemos tener en cuenta que no podemos hablar de novela, pues este género tendrá su formación a partir del siglo XIX, retroproyectando el término a obras narrativas anteriores. No obstante, sí existían elementos novelescos en las Cartas marruecas, que tratan más de realizar un retrato objetivo de España y de sus habitantes, en algunos casos con carácter moralista e ilustrado. Fueron publicadas por entregas póstumamente a lo largo de 1789 en El Correo de Madrid. Cadalso había fallecido en el asedio a Gibraltar en 1782, días después de haber ascendido a coronel. Su vida estuvo marcada por los viajes por Europa de su juventud, por su romance trágico con María Ignacia Ibáñez, fallecida prematuramente por tifus, y por las tertulias y círculos literarios en los que se movió, tanto en Madrid como en Salamanca, donde coincidiría con autores como Moratín, Tomás de Iriarte o Menéndez Valdés. Todas estas influencias le valieron para escribir dos obras en prosa fundamentales de esta época: Noches lúgubres y Cartas marruecas.

José Cadalso y Vázquez (1741-1782)

Noches lúgubres
Noches lúgubres indaga en el corazón, en la parte sentimental del ser humano, el otro peso del equilibrio ilustrado. Una obra que merece otra entrada y que supone la introducción del género sepulcral, muy importante en Inglaterra y que Cadalso imita, especialmente a Young, uno de los autores más importantes de esta temática.

En el caso de las Cartas marruecas, sigue el modelo que marcó Montesquieu en sus Cartas persas de 1721, obra exitosa que se convirtió en un modelo para otras similares, como es el caso. Además, el género epistolar estaba en auge en esta época, por lo que una adaptación de este tipo era fácilmente posible. La idea de este tipo de obras era ofrecer diferentes puntos de vista de algunos temas, especialmente las costumbres de un país, observando vicios y virtudes de la nación, en la tendencia que podríamos denominar costumbrismo y que alcanzará su máxima representación en las novelas de costumbres del siglo XIX. 

Cartas marruecas
Para ofrecer utilidad en estos comentarios, se mezclan opiniones de nativos y de ajenos al país, estando los segundos limpios de patriotismos, sin estar afectado por prejuicios, lo que les hace ser imparciales, aunque será una imparcialidad superflua, pues el autor es el que habla a través de esos personajes.

A través de noventa cartas, precedidas de una introducción y concluidas con una nota final y una protesta del editor, Cadalso nos muestra la correspondencia de tres personajes, hombres sabios y racionales, que tratarán diversos temas. En la introducción Cadalso se muestra como editor de este compendio de cartas que le ha cedido un amigo y que ha tenido que revisar y reescribir para los lectores, por esta cuestión aparecen varias anotaciones a lo largo de las cartas señalando partes ininteligibles para el editor o posibles confusiones de palabras. 

De esta forma, realiza el autor el papel de un falso editor, que le sirve para proporcionar veracidad al texto, de la misma forma que Cervantes hizo con su Quijote, al que menciona como obra satírica útil por criticar las costumbres, una visión de esta obra muy extendida en esta época. No obstante, defiende la publicación de estas cartas por tratar temas filosóficos y de costumbres, pero sin alcanzar temas políticos o religiosos, una declaración contra la censura, que, pese a ello, caerá sobre esta obra. Sobre los temas tratados, intenta expresar un justo medio, tratando de no ponerse en ningún bando, ni conservador ni reformista, pues pretende usar la razón para llegar a la mejor conclusión. Esta idea se repite a lo largo de la obra por parte de los tres personajes que componen el trío de destinatarios y remitentes: Gazel, Nuño y Ben Beley. 


En el primer caso, se trata de un joven marroquí que acompaña al embajador y que se quedará en España para estudiar las costumbres, a las que se adapta, vistiéndose de cristiano y haciendo amigos en el país, especialmente Nuño. Él será el encargado de introducirlo en círculos cristianos, especialmente en las tertulias; es un filósofo que le enseñará sobre las costumbres y la historia de España, coincide en algunos datos biográficos con el autor, Cadalso, pudiendo ser su voz principal dentro de la obra. Desde Marruecos estará la figura de Ben Beley, maestro de Gazel que no llega a visitar España y que suele escribir en sus cartas reflexiones generales que abstraen lo dicho por Gazel y Nuño, tratando de aleccionar con reflexiones universales.

Carlos III y el embajador marroquí
Gazel es el autor de la mayoría de las cartas, siendo el único que escribe en un principio. Caldalso escoge Marruecos por la verosimilitud, razón que señala en la introducción, pues no hubiera sido coherente un personaje de un país más exótico, como Turquía, ya que era más posible la visita y el interés de un marroquí que de un turco o un persa. Gazel es, además, una mirada limpia, un hombre que se guía con la razón, como sus dos compañeros.

En esta idea redundante a lo largo de la obra se alude en la primera carta, donde se describe el contexto de las cartas, criticando otros análisis superficiales sobre los países mientras en este caso Gazel se sumerge en España. Se describen a Nuño y Ben Beley como personas racionales, el primero como persona que ha sufrido un desengaño y al segundo como un gran consejero y maestro.

Las cartas, escritas de forma divulgativa, sin contenidos eruditos, nos muestra de forma clara la ilustración insuficiente que había en España, con grandes contradicciones. Por una parte, Cadalso critica al siglo XVI y al XVII y defiende el nuevo pensamiento ilustrado, pero, a la vez, muestra que todos los errores provenientes de esos dos siglos fueron por influencias extranjeras, que censura. El pensamiento ilustrado es, por otra parte, otra influencia externa y en España ha sido principalmente la casa de los Austria la encargada de llevar a cabo las reformas, pero Cadalso alaba a la casa de los Trastámara, dinastía anterior, por ser puramente española. Esta temática aparece en la tercera carta, donde, realizando un repaso a la historia de España, admira y exalta el valor de los españoles y a los Reyes Católicos como los mejores monarcas españoles, encargados de unificar la penínusla y expandir el cristianismo, mientras que tras ellos comienza una decadencia debida a una dinastía extranjera: la de los Austria, que gastará más en cuestiones extranjeras y que perderá el esplendor obtenido. 

Rendición de Granada, de Pradilla, donde los Reyes Católicos unifican España
En la carta IV marca Cadalso la diferencia entre la nobleza del siglo XVI y del siglo XVIII, siendo la primera ensalzada como ejemplo de lo mejor de España y la segunda criticada por las ideas ilustradas y por ser nobles que no han ganado ese prestigio por méritos propios, sino por herencia. Es una muestra de estas contradicciones de insuficiencia ilustrada.

Critica que los vicios eurpeos se han extendido frente a las virtudes nacionales, algo que también mencionará en la carta XXI; reconoce los vicios de España, pero en su argumento muestra que todos no son realmente de origen español, sino extranjero, pero los habitantes han considerado que lo son y los han defendido arduamente como patriotas. Se redunda en esta influencia negativa de Francia, principalmente, en las cartas XXXV y LVI. Será en la carta LXXVIII cuando critique la mentalidad anticuada del sabio escolástico y defienda que el nuevo pensamiento extranjero mejorará a España.

Voltaire en la corte de Federico II de Prusia, por Tafelrunde
Como su contertulio Moratín, también criticará la educación de los jóvenes, haciendo hincapié en la que reciben los primogénitos nobles, los beneficiados por el mayorazgo y que no se forman realmente, siendo ignorantes que necesitan de otras personas para valerse en distintas cuestiones. En este sentido, la carta VII muestra la superficialidad en la que viven este tipo de personas, rechazando el saber y disfrutando de la fiesta. En la carta XIII critica cómo la nobleza hereditaria no es positiva, pues los méritos para obtener el título nobiliario pertenece a los antepasados de los actuales nobles, que no tienen las mismas virtudes. Siguiendo con la educación y el reparto del conocimiento, es elitista, criticando en la carta XXIII los debates escolásticos por ser una discusión sin utilidad y en la carta LIX a los libros, que deberían repartirse en tres géneros según los diferentes tipos de personas: para el pueblo, al que destina libros fantásticos, para la clase media, al que destina libros especializados pero simples, y finalmente, a una élite compuesta por los dirigentes políticos y los príncipes, con libros críticos, imparciales y justos.

Finalmente, cabe destacar el tema de América, tratado en la carta V, sobre el cual Cadalso mostrará su admiración hacia los conquistadores americanos y señalará que hay críticos europeos contra esta conquista, pese a que él considera que fue positiva, pues llevó una cultura contra la barbarie. Debemos considerar que realmente fue una destrucción de civilizaciones hoy en día condenable, igual que las conquistas realizadas por otros países europeos en todo el continente americano.

Hernán Cortés, alabado por Cadalso
Es una obra que no ha trascendido, en parte por el poco interés que pueden suscitar las obras ilustradas, aunque trata temáticas que aún siguen en debate, como la importancia de invertir en ciencia o la frivolidad del consumismo. Interesante como obra divulgativa, aunque si os embarcáis en la aventura de su lectura, no esperéis encontrar una novela al uso.


Escrito por Luis J. del Castillo

Un antes y un después (XIII): Ikea, un minimalista concepto de éxito

27 mayo, 2012

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La tienda de muebles más conocida a nivel mundial cuenta ya con más de seis décadas de historia. Todo comenzó en los bosques del sur de Suecia en 1943 cuando su fundador, Ingvar Kamprad, tenía diecisiete años. Siendo niño vendía cerillas a sus vecinos, y se dio cuenta de que comprándolas al por mayor, aunque las vendiese a precios bajos, obtendría beneficios. Su padre le destinó a iniciar su propio negocio. En 1946, Ikea vendía bolígrafos, carteras, marcos para cuadros, tapetes para mesas, relojes, joyas y medias. El nombre y los colores de Ikea no son casualidad, está formado por las iniciales de su fundador (I.K.), Elmtaryd (E) y Agunnaryd (A), la granja y el pueblo donde creció, respectivamente. Además, los colores corresponden a los de la bandera Sueca.


Aunque parezca extraño, su característico mobiliario no apareció hasta el año 1948. Eran realizados por fabricantes de la zona, teniendo una gran acogida. Tanto fue así que comenzaron a vender muebles a mayor escala mediante el uso del catálogo a partir de 1951. A raíz de eso, y tras el éxito cosechado por el primer mueble vendido a través del catálogo, era evidente que el futuro de Ikea sería convertirse tan solo en comerciante de muebles.

Desde aquel momento clave en su idea de negocio, los clientes pueden ver y tocar todos los muebles y productos de decoración para el hogar. Pero la creación de este nuevo concepto en la venta de estos productos no fue un camino de rosas. De hecho, la idea surgió como consecuencia de la lucha de precios entre la marca sueca y su principal competidor. Al bajar los precios, ambas empresas percibían cómo sus productos perdían credibilidad en el mercado. Además, los comerciantes y fabricantes de muebles se veían amenazados por esta nueva firma de precios baratos.


Es por ello que la competencia boicoteó en numerosas ocasiones a Ingvar Kamprad mientras comenzaba a construir su imperio del mueble. Incluso le vetaron en las ferias del mueble más importantes de la región; ni siquiera como particular le permitían el acceso a las mismas. Sus competidores ejercían una especial presión sobre los productores de Ikea hasta el punto de que la Asociación Nacional de Comerciantes de Muebles hizo llegar a los productores una circular: "Si le vendéis a Ikea, dejaremos de compraros". Fueron pocos los fabricantes que no cedieron al chantaje y siguieron colaborando con Kamprad.



Estos años fueron realmente complicados y los pocos productores que decidieron lealmente continuar haciendo negocios con Ikea tuvieron que actuar de una manera prácticamente secreta. Entregaban los pedidos por la noche, a direcciones inventadas, como si se tratase de algo ilegal y en un clima de gran hostilidad, ya que si eran descubiertos por el resto de comerciantes de muebles perderían clientes. Estas dificultades, lejos de mermar la confianza y el entusiasmo empresarial de Kamprad, fue lo que le llevó a decidir diseñar sus propios muebles; sin embargo, hay que destacar que Ikea no fabrica los muebles, sino que cuenta con miles de colaboradores. 

La empresa sueca se reinventaba constantemente con ideas a priori sencillas que lograron abrirle un hueco en el mercado. Comenzó a abrir tiendas por toda Escandinavia; más tarde Suiza, Dinamarca y Alemania. También llegó a Canadá y, posteriormente, le tocó el turno a Austria; y así hasta conseguir estar presente en 44 países, con más de 123.000 colaboradores y con unas ventas anuales que superan los 20.000 millones de euros.  


Una de las claves del éxito de Ikea reside en sus precios bajos, basados en su política de ahorrar costes. El estudio de los paquetes planos comienza cuando uno de los primeros colaboradores de Ikea quitó las patas a la mesa Lövet para que cupiera en un coche y no se dañara durante el transporte. Con el paquete plano no sólo se conseguía ese fin, también se lograba llenar los camiones con más productos y rebajar los costes en todos los procesos de producción, trasladándo finalmente este ahorro a los precios de venta. Tras este descubrimiento, los paquetes planos y el automontaje pasaron a formar parte del concepto clave de Ikea.

Otra novedad en sus tiendas fue la incorporación de una zona de juegos para los niños, que siempre se encuentra en la entrada con las típicas bolas de colores. De hecho, si algún franquiciado en la actualidad no quiere incluirlas es necesario que lo justifique con una excusa de peso, pues forma parte del concepto Ikea.

Tiendas Ikea actualmente a lo largo de la geografía española
Ese espíritu consiste en que sus productos puedan responder positivamente a las siguientes cuestiones: ¿Mejora el día a día? ¿Resulta útil cuando vienen invitados a casa? ¿Agiliza la tarea de hacer la comida? ¿Mejora el aspecto de la casa? Con esa filosofía pretenden hacer muebles cada vez más económicos, y ésto no es sólo una frase promocional, sino toda una realidad. Un buen ejemplo de ello es que Ikea ha bajado sus precios un 35%, y sin tener en cuenta el IPC, desde que en 1996 abriera su primera tienda en España, concretamente en Badalona. 

El éxito de este modelo de negocio es indiscutible. Un éxito centrado en la eficiencia y productividad y en estar presentes para todo tipo de consumidores en todo el mundo. Cuentan con establecimientos en 44 países, con más de 270 tiendas visitadas por 550 millones de personas al año, y la empresa sigue teniendo proyectos para abrir nuevos establecimiento alrededor del mundo.


Escrito por Mariela B. Ortega




Para el sábado noche (I): En la boca del miedo, de John Carpenter

23 mayo, 2012

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¿Por qué comenzar esta sección sobre cine con En la boca del miedo? La respuesta sería, ¿por qué no?, ya que esta película plantea muy bien la distorsión o indefinición entre realidad y ficción, hasta tal punto que el personaje de esta ficción llega a plantearse dudas muy razonables acerca de lo que está viviendo como real. Nosotros, como espectadores, también participamos de esa indefinición. Así, al buscar una película que nos hable tanto de (buen) cine como de literatura o las artes en general (cine relacionado con otras artes), este modesto pero inspirado film de John Carpenter estrenado en 1994 se nos presenta como una sorpresa bajo el siempre atrayente envoltorio del fantastic o el terror.

Cartel de In the mouth of madness, distribuida por New Line Cinema
John Carpenter, director del film
No será la primera vez que Carpenter presente personajes que sufran una involución o tomen el desvío lovecraftiano de la locura, al no ser capaces de discernir la realidad. Ejemplos los hallamos en otras obras del autor como Christine (1983), El príncipe de las tinieblas (1987), Están vivos (1988) o la seminal La cosa (1982), donde lo real se funde con lo inaudito, lo inasible, orgánica y ontoló-gicamente. Como sabemos y apuntábamos antes, En la boca del miedo bebe de las fuentes del escritor norteamericano Howard Philips Lovecraft (1890-1937), un mundo poblado por personajes que no son lo que aparentan, y por unos seres indefinidos y viscosos, que son los que controlan a los pobres humanos a su antojo, como una antigua raza de dioses malvados y antediluvianos. Existen intentos de clasificar los seres inmundos imaginados y descritos por Lovecraft, que el lector podrá hallar con facilidad apenas indague en el fascinante y horroroso mundo del escritor de Providence.

Escena de la película con un plano del personaje de John Trent (Sam Neill)
La película narra las desventuras de John Trent, interpretado por un siempre eficaz y jocoso Sam Neill, agente de seguros y desenmascarador de fraudes (la máscara que cubre la realidad de nuevo), que tiene el encargo de averiguar el paradero del famoso escritor superventas de terror Sutter Cane, interpretado por Jürgen Prochnow, por encargo de su editorial. Lo que en principio era un truco comercial publicitario, otra falsificación, deviene en un auténtico pavor en la editorial al no poder dar con su particular gallina de los huevos de oro.

Entre la realidad y la ficción
Con la lectura (casi habría que hablar de asimilación, como les ocurría a los infortunados protagonistas de La cosa) de la obra de Cane, y su posterior viaje en busca del lugar llamado Hobb's End (nombre que hace referencia a otro film fantástico de 1967, ¿Qué sucedió entonces? de Roy Ward Baker, que Carpenter conoce y estima), Trent vivirá angustiosos momentos que parecen reales, con flashes de desubicación, que distorsionan su o la realidad. El principal temor es, por supuesto, la pérdida de la propia identidad. El retorno a la pesadilla se va incrementando desde la llegada a aquel lugar, el típico y bonito pueblo de la geografía estadounidense, y con la imposibilidad final de poder escapar de él. Una dimensión paralela, que refrenda el aserto de Paul Éluard de que existen otros mundos, pero están en este, tal y como refleja esta obra.


Destacar como parte del citado proceso de descomposición, el extraordinario plano de la hoja abierta del libro por el cual Trent se asoma al abismo, o detalles como el cambio de look (resulta ideal la palabra en inglés en este caso), del despacho del dueño de la editorial, interpretado por Charlton Heston. Si a ello unimos el placer de reencontrar a entrañables y apreciados actores como David Warner, Bernie Casey o al citado Charlton Heston, todos bien relacionados con el fantástico, los alicientes de disfrutar de una obra así aumentan.


Escrito por Javier C. Aguilera




Un regalo del cielo, de Cecelia Ahern

22 mayo, 2012

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¿Has pensado alguna vez qué pedirías si te concedieran un deseo? Lou es un empresario con una vida perfecta, una familia adorable y con un trabajo que le llena. Pero el éxito siempre tiene un precio y Lou está dispuesto a todo para conseguir llegar a la cima. Una mañana, de camino al trabajo, entabla conversación con Gabe, un mendigo con el que se cruza todos los días. Este encuentro cambiará su vida para siempre porque Gabe no es un hombre como los demás. 

Cecelia Ahern vuelve a sorpendernos con esta nueva novela, Un regalo del cielo, un canto a la esperanza, a los remordimientos y a las segundas oportunidades que, debido a la época del año en la que nos adentramos en el libro, bien podría ser un cuento de navidad. En él, valores como la amistad, el amor o la familia triunfan frente a la hipocresía, los celos y la envidia de un ambiente tan competitivo como es la empresa en la que trabaja Lou Suffern.


La novela empieza en una comisaría en plena noche de Navidad, donde un joven está retenido por atacar de manera curiosa la casa de su padre. Mientras hacen tiempo para la llegada de la madre, el oficial Raphael O’Reilly decide contarle la historia de una lección que ha aprendido recientemente: la historia de Lou.

Lou, que no empatiza con el espíritu navideño que parece haber invadido a todos los que tiene a su alrededor, es el clásico adicto al trabajo que nunca tiene un minuto libre y le dedica poquísimo tiempo a su mujer y a sus adorables hijos. Siempre anda perdido en sus pensamientos, averiguando la forma de estar ocupado en dos cosas a la vez, sin darse cuenta de lo que verdaderamente debería atender. Una mañana, en un sorprendente gesto de generosidad, compra un café para Gabe, un vagabundo que mendiga asiduamente en la puerta de su oficina. Tras una charla animada con él, decide ir más allá y le ofrece un trabajo en el departamento de paquetería de su empresa. Pero cuando Gabe se empieza a entrometer demasiado en la vida de Lou, éste piensa que ayudarlo ha sido un error.

Una imagen que puede ser el reflejo de Gabe mendigando a las puertas de la empresa de Lou
Y es que Gabe parece saber más sobre Lou de lo que él mismo sabe, y lo que le resulta más inquietante es el hecho de que Gabe parece estar siempre en dos sitios a la vez. Gabe, por su parte, tiene una complicada misión: intentar que Lou aprenda a valorar las cosas que realmente importan en la vida. ¿Lo conseguirá antes de que sea demasiado tarde?

En su peculiar y propio estilo, Cecelia Ahern, conocida mundialmente por su anterior obra Posdata: Te quiero, nos hará reflexionar en esta novela sobre la ambición y la importancia de la familia. Quizás la historia no atraiga a lectores acostumbrados a otro tipo de géneros, pero sí debemos destacar que la novela no se centra en el plano sentimental, sino que expresa diversas emociones, formando toda una lección de vida sobre el tiempo y las prioridares que enfocamos en él. Después de leer la novela, es evidente la evolución que experimenta Lou tras todo lo que le va ocurriendo. También, es evidente la confusión que el lector puede sufrir en el transcurso de la lectura, al no tener claro qué pasará finalmente con cada personaje. Un ejemplo de ello es Gabe, cuyo papel es un misterio en el desenlace de la historia de Lou; su personaje va y viene, siempre con más preguntas que respuestas.

Sin duda, es capaz de despertar la conciencia de Lou y le abre los ojos, cegados por su eterna ambición profesional, pero su carácter es tan ambiguo que no se llega a descubrir completamente. Por otra parte, Lou es un personaje complicado, lleno de contradicciones. Egoísta, vanidoso, generoso, conmovedor... un hombre lleno de matices que se puede amar de la misma manera que también se puede llegar a odiar.

Cecelia Ahern

Con un lenguaje cercano, emotivo y con unos diálogos directos capaces de emocionar a todo aquel que se involucre en la historia, la novela se hace ágil y dinámica, llegando a enganchar en su justa medida. Además, tiene todos los elementos claves para que la historia se plasme en la gran pantalla, ya que es conocido eso de que detrás de una buena película siempre hay un mejor libro. 

Sin duda, Un regalo del cielo constituye una defensa a la unión familiar, haciéndonos pensar en la ceguera que provoca una ambición desmedida, en cómo podemos llegar a herir a los que más amamos con palabras vacías, mentiras y continuas decepciones. Al acabar la novela, reflexionaremos una idea que parece evidente: al final, lo que más importará, es apreciar y aprovechar el tiempo en compañía de los que más queremos, sin reparar sobremanera en lo material, porque nunca sabremos de cuánto dispondremos junto a ellos.

Porque el tiempo no se puede regalar, pero sí se puede compartir.



Escrito por Mariela B. Ortega

Fito & Fitipaldis, donde todo empieza

16 mayo, 2012

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Adolfo Cabrales Mato, Fito, nace en 1966 en el barrio bilbaíno de Zabala. Pasa parte de su infancia y adolescencia en ciudades como Laredo y Málaga, pero años después acaba volviendo a su Bilbao natal. Desde pequeño, empezó a alimentar su afición por el rock and roll, formando en 1989 el conocido grupo Platero y Tú. Publican su primer trabajo, Voy a acabar borracho, en el año 1991, siendo el primer paso de una banda que en la década de los 90 se convertiría en uno de los iconos del rock cantado en castellano. Platero y Tú se desmarca del, por aquel entonces, Rock Radikal Vasco, para abrazar la tradición rockera más clásica como la de Status Quo, Leño, AC/DC, The Rolling Stones o John Fogerty, con letras que hablan de bares, amores, drogas y rock and roll.


A raíz de su primer éxito, logran forjar una estrecha relación con otros artistas importantes de dicho género como La Polla Records (que colabora en el tema Juliette), Rosendo Mercado (quien colabora en Sin solución) y, sobre todo, con Roberto Iniesta, Robe, voz y guitarra de Extremoduro, con los que llegan a hacer una gira conjunta en 1996 y consiguieron que cuatro de sus trabajos fuesen Disco de Oro. Fueron años agitados de grabaciones, directos, vida nocturna y mucho Rock and Roll.

Componentes de Platero y tú
En 1992, Dro, la nueva discográfica de la banda, reedita ‘Burrock ‘n’ roll’, una maqueta autoeditada en 1990. En ese mismo año, sale a la venta Muy deficiente, el segundo disco de Platero y Tú. Más tarde llegarían Vamos tirando (1993), Hay poco Rock & Roll (1994), el directo A pelo (1996), 7 (1997), Correos (2000) y dos recopilatorios realizados tras la disolución del grupo: Hay mucho Rock & Roll Volumen I (2002) y Hay mucho Rock & Roll Volumen II (2005). 

No obstante, Fito empezó a componer ciertas canciones que no encajaban tan bien dentro del repertorio de Platero y Tú; es por eso que crea de forma paralela el grupo Fito & Fitipaldis, publicando su primer trabajo en 1998, A puerta cerrada, una serie de temas acústicos que no se ajustaban al estilo musical que Fito llevaba a sus espaldas. En principio, ambos grupos coexistieron sin problemas, pero tras la disolución de Platero y Tú en 2001, Fito se dedicó en exclusiva a su nuevo grupo. Un nuevo proyecto que le permitiría dar rienda suelta a su pasión por géneros como el rockabilly, el rythm & blues, el swing, el jazz o los sonidos sureños. 

Con su primer disco como Fitipaldi consigue el Disco de Platino, a pesar de que la gira de presentación del álbum se desarrolla principalmente en salas de aforo pequeño-medio, ya que Fito considera que ha de empezar de cero con los Fitipaldis, olvidándose del público masivo que para entonces ya tenía con Platero. 

Con la publicación de su segundo álbum, Los sueños locos, vuelven a conseguir ser Disco de Platino. De hecho, en 2002 se publica una edición especial del álbum con varios temas en directo que venían a reconocer la trayectoria ascendente del grupo. En este segundo disco vuelven a aparecer las guitarras eléctricas y el rock and roll, aunque ya con un estilo muy personal que Fito había ido desarrollando durante los últimos años. No en vano, una de las características del proyecto en solitario del artista bilbaíno es, desde el comienzo, la capacidad de conjugar múltiples estilos y sonidos, lo que le permite llegar a un público más amplio y lograr un estilo propio que le caracterice dentro del panorama musical español.

Al año siguiente, Fito & Fitipaldis sacan a la luz Lo más lejos a tu lado, su tercer disco de estudio. El álbum consigue el Doble Disco de Platino y en las radios empiezan a sonar sin cesar canciones como La casa por el tejado o Soldadito marinero, posiblemente el primer éxito de masas de los Fitipaldis. El disco supone la consagración definitiva de la banda y la confirmación del éxito musical de Fito. En agosto de 2004, Fito & Fitipaldis ofrecen un concierto gratuito en las fiestas de Bilbao ante cerca de 70.000 personas, superando todas las espectativas. El concierto quedó registrado en Vivo… para contarlo, un CD y DVD en directo que también conseguiría el Disco de Platino. Como curiosidad, el nombre de ese álbum sería un ‘regalo’ de Andrés Calamaro, con quien tendría la oportunidad de compartir escenarios años más tarde.



En 2005, ya no hay duda de la popularidad de Fito, que se ha convertido ya en una auténtica estrella del rock y que es agasajado, aclamado y querido allá donde va. Es entonces cuando el periodista Darío Vico (Rolling Stone, El País) publica el libro de conversaciones Cultura de bar, en el que Fito, con la humildad que le ha caracterizado a lo largo de toda su carrera, habla sin tapujos y da un amplio repaso a su trayectoria desde los comienzos hasta dicho momento. 


En septiembre de 2006, ante una gran expectación, se publica Por la boca vive el pez, el cuarto trabajo de estudio de Fito & Fitipaldis. El disco pasa a ser doble Disco de Platino en tan sólo quince días, ocupa el número 1 de las listas de ventas en España durante meses y hace que toda la discografía de la banda pase a estar al mismo tiempo entre los discos más vendidos en el país. Fito recibe los premios a Mejor canción y Mejor Álbum de Rock en los Premios de la Música y las más de 300.000 copias vendidas del disco lo convierten en triple Platino.

El éxito de la gira de Por la boca vive el pez resulta abrumador, pasando por más de 100 conciertos multitudinarios, con una asistencia global de más de 700.000 espectadores, y llenos absolutos en los mejores escenarios de España. Canciones como Por la boca vive el pez, Acabo de llegar o Viene y va no dejan de sonar en todas las radios y reproductores musicales del país durante todo este tiempo.


En mitad de la gira de Por la boca vive el pez, en verano de 2007, Fito tiene el placer de actuar en una minigira de cinco conciertos llamada 2 son multitud, en la que comparte escenario, repertorio y músicos con su admirado Andrés Calamaro. Ambos artistas consiguen abarrotar pabellones y estadios de fútbol en Getafe, Barcelona, Santiago de Compostela y Benidorm. Posteriormente se edita un CD+DVD con el directo de la gira, y meses más tarde, la experiencia tiene continuidad al invitar Andrés Calamaro a Fito & Fitipaldis a tocar juntos en cinco conciertos por Latinoamérica

2008 supone un año de descanso para Fito. Sin embargo, no para de recibir buenas noticias. Comienza el año saboreando el Disco de Diamante por la venta de más de un millón de discos al frente de los Fitipaldis, su libro autobiográfico Soy todo lo que me pasa es un éxito de ventas, Los Secretos lo invitan a tocar en su concierto de aniversario, y el Ayuntamiento de su Bilbao natal lo nombra Ilustre de Bilbao, uno de los reconocimientos que mayor ilusión le hacen a lo largo de su carrera.

Pero el descanso para un creador siempre es relativo. Así, Fito se planta en el 2009 con un puñado de nuevas canciones y la necesidad cada vez más remarcada de grabar un disco como paso previo al regreso a la carretera. El álbum, titulado Antes de que cuente diez, ve la luz en septiembre y logra cautivar con una inmediatez sorprendente los oídos de una multitud que, poco a poco, hace suya cada canción. Cinco semanas consecutivas en lo más alto de las listas de ventas con cifras espectaculares en estos tiempos de crisis en el mercado discográfico certifican el éxito artístico de Fito & Fitipaldis.



Tras dos meses de agotadoras y multitudinarias firmas de discos, de miles de flashes y autógrafos, de infinitas entrevistas para los más diversos medios de comunicación, Fito & Fitipaldis se lanzan a la carretera. El 6 de noviembre de 2009 arranca en Santander la gira Antes de que cuente diez, finalizando el 30 de diciembre del 2010 con un extraordinario poder de convocatoria, con un total de 73 conciertos a lo largo y ancho del país y con más de 550.000 espectadores que lograron disfrutar en directo de sus nuevas canciones. Además, el parón vacacional de la gira, en el verano de 2010, sirvió para protagonizar dos nuevos e importantes hitos en la trayectoria del grupo, como fueron los exitosos conciertos de Londres (17 de agosto) y Shangai (China, 22 de agosto).

Ahora, dos años después de su último concierto, Fito lanza la noticia de que el próximo septiembre, emprenderá una gira única e irrepetible a lo largo de los principales auditorios y teatros de España. Tres meses en los que los fitipaldis mostrarán, sin perder su esencia, diferentes versiones más eléctricas, más acústicas, con sorpresas, de los temas más conocidos de su repertorio. Únicamente 14 capitales, sin posibilidad de ampliar, podrán disfrutar con las mejores canciones de la banda como nunca antes se han escuchado. Arrancarán el 22 de septiembre en Oviedo, pasando por Las Palmas de Gran Canaria, Santa Cruz de Tenerife, Donostia, Vigo, Sevilla, Valladolid, Granada, Murcia, Zaragoza, Bilbao, Madrid, Barcelona y Valencia.


A raíz de este rotundo éxito en su carrera profesional, Fito va desarrollando cada vez más su estilo personal, a la vez que va iniciando un acercamiento al sonido de la última época de Platero y Tú, introduciendo guitarras eléctricas y ritmos más rápidos y directos. Con los Fitipaldis, Fito ha conseguido mayores éxitos de ventas que con Platero y Tú, lo cual le ha valido críticas de los sectores más conservadores del rock español. Además, a pesar de las evidentes diferencias de estilo entre el Rock & Roll de Platero y Tú y la mezcla de blues, jazz, country... de Fito & Fitipaldis, la temática tratada por Fito en sus canciones casi siempre nos hablan de historias personales ambientadas en el mundo de la noche, con presencia constante de bares, drogas y amores. Porque las cosas importantes aquí son las que están detrás de la piel.



Escrito por Mariela B. Ortega




Clásicos Inolvidables (XI): El sí de las niñas, de Leandro F. Moratín

11 mayo, 2012

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En el siglo XVIII se produjo una renovación de las formas teatrales debido al movimiento ilustrado que se había introducido en la mentalidad de los pensadores y gobernantes de la época. Dentro de esta renovación surgieron dos géneros teatrales nuevos que pretendían racionalizar el teatro, considerado por los ilustrados como dañado por el uso que le habían dado los autores de los siglos anteriores. Estos géneros eran la tragedia neoclásica y la nueva comedia burguesa. Y dentro de la segunda, encontramos la popular obra maestra de Moratín, El sí de las niñas.

Imagen del teatro de la época
El movimiento ilustrado buscaba la utilidad en el arte, dividía el mundo entre lo racional y lo sentimental, o lo que es lo mismo, entre la razón y el corazón. Esta división debía concebirse como un equilibrio necesario para alcanzar la felicidad de la sociedad, es el concepto de interés que se buscaba en los proyectos de los ilustrados, quienes depositaron su confianza en la razón para llegar al bien común. Debido a esto, todo lo que perteneciera al plano del corazón debía encontrar su utilidad racional, así ocurrió con la literatura, campo al que dedicarían unas reformas profundas en busca de alcanzar un nivel didáctico: aportar conocimientos racionales a partir de una herramienta del corazón.

Para ello, acudieron a una serie de normas que garantizaran la ilusión teatral, es decir, que el espectador se identificara con la obra y aprendiera de ella a través de esa identificación. Este hecho provocaría que fuera necesaria una imitación de la naturaleza real, una verosimilitud en el argumento y en los personajes, y una serie de unidades que debían seguir unas reglas fijas.

Entre estas últimas unidades estaría el lugar, que siempre sería el mismo espacio físico, el tiempo, que debería corresponder al mismo tiempo de la duración del espectáculo, y a la acción, que debía ser coherente y estar bien cohesionada. Además, la nueva comedia burguesa, género al que pertenece El sí de las niñas, debía estar compuesto por personajes de la clase burguesa que siguieran ese estilo de vida con sus costumbres correspondientes.

Ahora bien, este nuevo estilo de hacer teatro no se consolidaría hasta finales del siglo XVIII, pues los espectadores y las compañías teatrales eran reacios a este tipo de obras que nada tenían que ver con el espectáculo que suponían las obras del siglo anterior, llenas de técnicas que servían para sorprender al público. No obstante, El sí de las niñas, representada por primera vez en 1806, aunque estaba escrita desde 1801, fue todo un éxito, suponiendo, seguramente, el mayor acontecimiento teatral de la época. 

Moratín, por Goya (1824)
Su autor, Leandro Fernández Moratín, fue un ilustrado relevante que, si bien no pasó por la universidad por la negación de su padre, enriqueció sus conocimientos gracias a varios viajes que le servirían para ganarse puestos públicos del estado español, hasta su retirada tras el fin de la invasión francesa, por haber pertenecido en su puesto de la Real Biblioteca bajo el mandato del rey José Bonaparte.

En sus obras siguió la corriente neoclásica que había surgido con la Ilustración y siguiendo las ideas de otros ilustrados, como Luzán, cuya obra La poética marca la nueva concepción ilustrada sobre la literatura basándose en la Poética de Aristóteles. Comenzó escribiendo poesía, por lo que ganaría algunos premios, también escribió algunas obras en prosa, pero es principalmente conocido por sus obras dramáticas de corte neoclásico. Quizás el tema de la obra pueda resultar poco interesante desde el punto de vista de los lectores actuales, pero sirve para conocer cómo era la situación que tanto criticaban los ilustrados en la época.

El sí de las niñas se centra en la educación de las mujeres y sobre si los padres deben casarlas o dejarlas ser independientes, pues en muchas ocasiones los matrimonios se hacían por conveniencia, casando a las hijas jóvenes con hombres maduros. Precisamente en 1776 se intentó regular este problema reforzando la autoridad paterna con una Pragmática del rey, no obstante, dejaba abierta la cuestión de qué motivos podían tener los progenitores para no permitir a los hijos casarse según quieran. Los ilustrados rechazaban los matrimonios entre mujeres jóvenes y hombres maduros por varias razones, entre ellas la falta de amor, necesaria para crear un verdadero vínculo en la pareja, y también el aumento demográfico, pues era poco frecuente que estos matrimonios consiguieran tener una gran descendencia. 

Adaptación para Estudio 1, con Carlos Larrañaga como Carlos
En esta comedia, escrita en prosa y dividida en tres actos, Moratín nos muestra la historia de don Diego, hombre cercano a los sesenta años, que pretende casarse con doña Francisca, Paquita, una joven que apenas llega a los veinte años, con el consentimiento de su madre, doña Irene. Pero Paquita, que había pasado su vida en un convento, ya está enamorada de un joven al que conoce como don Félix, que resultará ser el sobrino de Diego, don Carlos. Paquita y Carlos se mantendrán como personajes decentes, sin rebelarse a la autoridad paternal y rechazando, así, sus sentimientos por la racionalidad. 

La obra en escena
Sin embargo, será don Diego quien medie en esta situación, mostrándose como un personaje contradictorio, pero completamente racional: aunque él era quien quería casarse con Paquita, cuando descubre su romance con su sobrino, será defensor de este enlace. Esta buena imagen de Diego se entrevé en algunas partes de la obra, cuando insiste a Paquita para que le sea sincera, pero ante la presencia de su madre la joven no se expresará libremente.

Precisamente, doña Irene es el personaje más negativo de la obra, retratada como una chismosa y aprovechada, verá bien el enlace de Carlos y Paquita una vez que haya asegurado su bienestar económico gracias al enlace. Representa así a la mujer que se mueve por los intereses del corazón, campo del equilibrio al que pertenecían todas las mujeres según las teorías ilustradas de la época. Así, podemos observar que todos obtienen un final feliz, otro requisito de las comedias.

Moratín consigue en su obra maestra defender una educación sentimental, ofreciendo una visión negativa de la educación tradicional que conducía a la obediencia ciega invadida de los silencios y síes de quienes no podían negarse a que trazaran su vida.

Escrito por Luis J. del Castillo


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