Up, de Pete Docter

06 enero, 2014

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Con tan sólo ver los cinco primeros minutos del metraje de Up contemplaremos el talento y cariño que desprende esta película de principio a fin. Pero, sin duda, su comienzo pasará a la historia del cine de animación como uno de los mejores elaborados por Pixar. En él descubriremos la entrañable vida entre Carl y Ellie, toda una progresión de imágenes y acontecimientos desde que se conocieron cuando prácticamente eran niños, pasando por su juventud y casamiento hasta llegar a su desafortunada vejez. Un completo repaso al ciclo del amor y, en definitiva, de la vida, vista desde fuera, solamente con imágenes y una apropiada y emotiva música. Una película que recuerda al cine sin palabras, en el que sólo grita el silencio y el amor y logra transmitir una historia tan hermosa como esta como si fuese real, a pesar de que solamente sean personajes hechos a ordenador. Ahí reside la magia de Pixar, conseguir que una película vuele tan alto como Up.


Gracias a este breve pero intenso inicio de película, conoceremos a Carl ya como una persona mayor, todo un viejo cascarrabias que no hay quien lo saque de su casa, a la que ya no puede considerar hogar porque la vida y el amor se esfumaron con la muerte de su esposa. Pero un día consigue la fuerza para salir de esa rutina y decide cumplir la promesa que le hizo a Ellie: llevar su casa a las Cataratas del Paraíso. Lo que nunca pensó es que lo haría de forma literal, y en la compañía que no esperaba.


En este viaje le acompañará Russell, un intrépido aventurero y explorador de tan solo ocho años de edad. Aunque Carl se muestra reacio a intentar un acercamiento con el niño, poco a poco surge un cariño y amistad entre ambos, convirtiéndose en el hijo, casi nieto, que nunca tuvo. Flotando rumbo al Paraíso, metafórica y literalmente, conocerán a curiosos personajes en dicho viaje, como Dug, un perro parlanchín, y Kevin, un ave extrambótica con un curioso grito de guerra. Al no haber cumplido tiempo atrás la promesa a Ellie, Carl piensa que se había perdido la verdadera aventura de su vida, ya que no pudieron ir a esos lugares exóticos y ver esos fantásticos escenarios. Pero al final, se percata de que siempre tuvo ante sus ojos la mejor aventura de todas las que pudo tener: la relación que mantuvo con su esposa.


Pese a no abusar de la lágrima fácil y del drama o la tragedia, conmueve de la forma más sutil, sin brusquedad, como si todo lo que pasase en el film pudiera ocurrirnos algún día a nosotros mismos. Porque, pese a ser una historia bastante irreal, muestra sentimientos y reacciones de la vida cotidiana. Conforme avanza la película, nuestro protagonista se da cuenta de que no está completamente solo; al conocer a Russell aprende algunas lecciones de vida y comprende lo importante que puede llegar a ser la amistad y las relaciones sociales en general. Ganadora de dos Oscars, décima producción de los estudios Pixar, y la primera en exhibirse en Disney Digital 3D. Además, Up es una película poco común en cuanto a estereotipos de animación Disney se refiere: una historia poco común con una creatividad estética incuestionable y un protagonista que acaba siendo un anciano convertido en héroe. Un guión poderoso que no pierde fuerza ni acción a lo largo del film, pese a su incuestionable y mágico inicio.


Por supuesto, en una película de aventuras no podía faltar el antagonista y villano que la caracterizan. En este caso se trata de Charles F. Muntz, un viejo explorador el cual busca a toda costa las Cataratas del Paraíso, y cuyas aventuras han servido de inspiración para Carl y Ellie desde que eran niños. Su intención es atrapar a Kevin, el extraño ave, para llevarse la criatura consigo y obtener el reconocimiento de los científicos y de la sociedad. Pero Carl se convertirá en todo un héroe que desenmascará a este viejo aventurero.


Otra curiosidad que descubriremos en la película son los modelos bases utilizados para caracterizar a los protagonistas. El niño Russell es la imagen de Peter Sohn, el director de Partly cloudy, el cortometraje que acompañará a Up. El caso de Carl también es evidente: el actor Spencer Tracy, sobre todo en Adivina quien viene esta noche a cenar, con el mismo corte de pelo, la nariz y las gafas de pasta. Un culto y agradecido homenaje. En el caso de Charles F. Muntz, el villano, está inspirado en el también actor Kirk Douglas. Pero aquí la historia va más allá, y procede del por qué de ese nombre para el personaje. En la vida real, Charles Mintz fue el productor que robó el personaje de Oswald, the lucky rabbit, forzando a Walt Disney a crear a Mickey Mouse. En Up, Muntz se pasa la película intentando capturar a un pájaro peculiar, Kevin, y, para conseguirlo, crea unos animales que hablan. Sin duda, Pixar sabe hilar con bastante picardía.


Y es que en la vida lo más importante es el viaje que realicemos, todo lo que encontraremos y todos a los que conoceremos en él hasta llegar a nuestro destino. Que la tierra prometida y el verdadero hogar reside en la compañía de quien nos acompañe en este viaje, en las personas que amamos, y, por qué no, en esta película Carl descubrirá que toda su suerte y su felicidad se escondían en la mirada atónita de un niño parlanchín, en la hilarante fidelidad de un perro todavía más pesado y en el grito de guerra de un pájaro multicolor e imposible.


Escrita por Mariela B. Ortega


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