Si hablamos del fenómeno Goosebumps -Pesadillas en España-, es difícil no recordar la juvenil saga de historias de terror y ciencia ficción tan popular en los años noventa. Creada en 1992 por el escritor estadounidense Robert Lawrence Stine, estas singulares obras tuvieron un éxito tan extendido que se convirtieron en todo un best-seller. Esta serie terrorífica cuenta con 60 libros, publicándose el último en 1999. Además, también fue muy conocida su adaptación a televisión, presentada como una serie antológica de terror basada en la colección de todos los libros de la saga, fue emitida por el canal Antena 3 en España entre 1995 y 1998. Con un total de 75 episodios, cada uno de ellos comenzaba sin nadie que contara la historia, salvo aquellos donde R.L. Stine aparecía dando una pequeña sinopsis del episodio. Temblad muchachos, temblad, que miedo vais a pasar fue el lema emblemático que caracterizó Pesadillas.
Conocido como el 'Stephen King de los niños', R. L. Stine ha publicado más de 130 libros y ha conseguido vender más de 400 millones de copias vendidas, cuya gran mayoría de ventas pertenece a la saga en la que hoy nos centramos. Stine comenzó a escribir novelas de terror en el año 1986. Su primer novela perteneciente a este género fue Cita a ciegas, continuando durante varios años escribiendo también novelas de este tipo, entre las cuales destacan Casa de playa, Golpea y corre, La novia, La maldición de la momia, Unas chicas peligrosas o La niña y el monstruo, la mayoría publicadas en la serie Pesadillas.
Robert Lawrence Stine |
Pero la saga no sólo cosechó éxitos como novela y serie de televisión. Pesadillas también inspiró tres juegos de mesa: Terror en el cementerio, Noche en la torre del terror y Un día en Horrorlandia; y dos juegos de PC, producidos por DreamWorks Interactive, titulados Goosebumps: Escape from HorrorLand y El ataque del mutante. Además, en 2009, también vio la luz un videojuego para las consolas Wii, PS2 y Nintendo DS, aunque éste no fuera editado para nuestro país. En la trama del videojuego encarnamos a un chico normal y corriente que descubre un extraño ticket en la puerta de casa, el cual ofrece acceso gratis a la gran inauguración del parque de atracciones definitivo, Horrorilandia. Una vez dentro, descubriremos que Horrorilandia es una prisión y otros niños están encerrados aquí; sólo reuniendo los trozos de nuestro ticket podremos salir con vida de este lugar.
Pero si nos centramos en las novelas, la calidad narrativa y literaria de la mayoría de los libros generalmente
era algo limitada. Pero el secreto de su éxito no fue casual,
ni mucho menos; se debió, principalmente, a un conjunto de factores; entre ellos, el estar dirigido a un público preadolescente que busca siempre algo novedoso y atrayente, algo que le aseguró
merecidamente su status de best-seller entre los más jóvenes. Además, los libros de Pesadillas están narrados en primera persona, por el protagonista o por un personaje
muy relevante en la historia en cuestión. En consecuencia, el final casi siempre revelaba un destino
fatídico para el narrador, llevando al lector a preguntarse por qué o a sorprenderse de encontrar un final tan impactante.
Esta incertidumbre, unida a historias terroríficas en, aparentemente, personas normales,
es lo que llevó a esta saga a convertirse en un simbólico éxito.
Primera novela de la saga: Un día en Horrorlandia (1994) |
Por una parte, el protagonista principal de una historia de Pesadillas es, de forma recurrente, situado en una ubicación remota, o aislada en algunas situaciones. Esto puede ser tan simple como áreas suburbanas normales, o casos más exagerados como los sucedidos en internados, pueblos extranjeros, campings o zonas de ultramar. Hay libros que frecuentan los temas de personajes que se han mudado recientemente (Melodía siniestra), o aquellos que están de vacaciones con amigos y familiares (Cómo matar a un monstruo o El retorno de la momia). Los libros de la serie Pesadillas muestran muchas veces estructuras homogéneas con niños normales que se involucran en situaciones de auténtico terror, aunque después del conflicto central todo se soluciona. Tras haber terminado el libro, Stine incluye de uno a tres proyectos de los libros siguientes.
Dibujo de R. L. Stine junto a los personajes de sus novelas |
Por otra parte, muchos de los libros cuentan con un giro al final muy relevante. Terror en la Biblioteca, basado en otro libro, tiene un toque en el que los padres se convierten en monstruos y devoran al villano. En El cuco maldito, el giro final beneficia claramente al personaje principal (Michael), en que su hermana malcriada Tara no nace debido a su fallo en el continuo espacio-tiempo, puesto que cuando giró la cabeza del cuco hacia atrás, Michael llegó a tres intervalos de tiempo (en el primero repitió su 12º cumpleaños, el mismo día en que alteró el reloj; el segundo, cuando tenía 6 años, en el que Tara todavía no existía; y el tercero, cuando Michael aún era un bebé). En el tercer intervalo, se rompe accidentalmente la sección 88 del reloj, que, casualmente, es el año en el que Tara nació. Así pues, Michael restaura la cabeza del cuco, algo que le hace ser trasladado a una realidad alternativa en donde él es hijo único. Obviamente, Michael finalmente opta por no arreglar ese cambio.
Portadas de las novelas que presentamos en esta entrada |
En Aventura espeluznante, los protagonistas se convierten en perros como resultado de un experimento científico, mientras que, paradójicamente, en Melodía siniestra, el final es totalmente feliz y el protagonista acaba saliendo bien parado de sus experiencias. ¡Invisibles!, uno de los más populares y, a la vez, de los más impactantes. El argumento nos presenta a unos niños que encuentran un espejo. Aunque no resulta ser un espejo normal; mirándose en él, descubren que pueden hacerse invisibles. Pero el espejo es realmente un artefacto para que el individuo se adentre y el reflejo salga al mundo real. En este caso, los reflejos de los niños, por supuesto, son malvados, y esperan poder salir del espejo para poder vivir su vida. Ahora bien, el final revela que acaban rompiendo el espejo y se nos muestra al protagonista jugando alegremente al béisbol con su hermano. De forma insinuada pero intensa, el protagonista se da cuenta de que su hermano, al que apodan el zurdo, está lanzando la pelota con la mano derecha. Y así acaba el cuento, con un giro y ese horror indirecto que caracteriza la saga.
Analizando la estética de las novelas, cada ejemplar contaba con una portada que reflejaba un dibujo explícito sobre el contenido del
libro, ya fuera el protagonista, un evento o un escenario terrorífico, en una mezcla entre ilustración y caricatura. Elaboradas originalmente por Tim Jacobus, sería Craig White el que las haría a partir del ejemplar número 25. Además, las ilustraciones de Goosebumps Horrorland (videojuegos) han sido creadas por Steve Scott y Brandon Dorman. En cuanto a los capítulos, Stine confeccionaba capítulos de
página y media, para incrementar el interés de la trama, a veces conseguida y otras más irregular. Pero lo más importante de todo en estas novelas lo constituye el
final, que realmente podía dar miedo al lector infantil y juvenil. El final conseguía que leer un libro de Pesadillas en plena madrugada fuera un auténtico reto.
Porque para aquellos niños y jóvenes de los años noventa, que seguramente habrán leído, como mínimo, algún libro perteneciente a esta saga, es posible que les haya traido recuerdos el volver a recordarla. Sin duda, una colección de libros que supuso un fenómeno de ventas entre la población infantil, casi sin precedentes.
Porque para aquellos niños y jóvenes de los años noventa, que seguramente habrán leído, como mínimo, algún libro perteneciente a esta saga, es posible que les haya traido recuerdos el volver a recordarla. Sin duda, una colección de libros que supuso un fenómeno de ventas entre la población infantil, casi sin precedentes.
Escrito por Mariela B. Ortega
Ohh me encantaba esta serie :D
ResponderEliminarQue recuerdos ^^
Un besote :)
¡Maravillosa nota! Me gustaba mucho los libros de R.L. Stine y especialmente la serie "Escalofríos".
ResponderEliminarEran terroríficos de niño, pero no llegaban a darte pesadillas. Entretenidos, bizarros y cómicos, aunque con una fórmula siempre similar.
En mi blog armé justamente un post respecto a este autor, conocido como el "Stephen King" de los niños.
Te invito a leer mi nota y comentarla!!
http://www.viajarleyendo451.blogspot.com.ar/2013/04/rl-stine-el-stephen-king-de-los-ninos.html
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Subo notas de literatura, cine, humor y cultura en general. Saludos!!
Luciano.
Los libros no se que tal serian, pero la serie era malisima.....lo único bueno que tenia era la intro, nunca me gusto esa serie y nunca me dio miedo excepto el perro de la intro que daba un poco de mal rollete, pero por lo demas......
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