Una ciencia de noble ejecutoria no tiene necesidad de solucionar todos sus problemas en breve plazo. Solo las personas impacientes carecen de la facultad de investigar con calma y esperar a que los hechos den la respuesta exacta (J. B. Rhine, cita al comienzo del libro).
Lo lógico para nuestro siguiente artículo de la sección Otros Mundos era que comentáramos un libro perteneciente, justamente, a esta colección señera.
El trabajo escogido ha sido este valioso e imperecedero documento del periodista alemán Hans Herlin (1925-1994), El mundo de lo ultrasensorial (Die welt des übersinnliche, Plaza & Janés, 1969), que con tan sonoro título, constituye un agradecido resumen de los más interesantes enigmas que ofrece la existencia, terrenal o ultra terrena, afín al ser humano.
No era infrecuente en la década de los sesenta y setenta, cuando fue escrito este volúmen, que tan espinosos asuntos se abordaran de forma rigurosa y cuasi-científica. El periodista y novelista presenta dichos fenómenos a través de dos secciones, Las fuerzas misteriosas del alma humana y Las fuerzas misteriosas de un mundo superior a nosotros.
En la primera parte, Herlin concreta aspectos sobre el subconsciente, los sueños, la hipnosis, la telepatía, la videncia y la profecía. En la segunda parte, se analizan episodios como la mediumnidad, la escisión de la personalidad, las materializaciones (e inmaterializaciones), los doppelgänger (esos dobles siniestros), los fantasmas, o la posibilidad de la inmortalidad.
El trabajo escogido ha sido este valioso e imperecedero documento del periodista alemán Hans Herlin (1925-1994), El mundo de lo ultrasensorial (Die welt des übersinnliche, Plaza & Janés, 1969), que con tan sonoro título, constituye un agradecido resumen de los más interesantes enigmas que ofrece la existencia, terrenal o ultra terrena, afín al ser humano.
No era infrecuente en la década de los sesenta y setenta, cuando fue escrito este volúmen, que tan espinosos asuntos se abordaran de forma rigurosa y cuasi-científica. El periodista y novelista presenta dichos fenómenos a través de dos secciones, Las fuerzas misteriosas del alma humana y Las fuerzas misteriosas de un mundo superior a nosotros.
En la primera parte, Herlin concreta aspectos sobre el subconsciente, los sueños, la hipnosis, la telepatía, la videncia y la profecía. En la segunda parte, se analizan episodios como la mediumnidad, la escisión de la personalidad, las materializaciones (e inmaterializaciones), los doppelgänger (esos dobles siniestros), los fantasmas, o la posibilidad de la inmortalidad.
Advierte con tino el autor, que no todo ha de ser sobrenatural por el hecho de que no podamos imaginarnos una explicación. No estaríamos hablando entonces de algo parecido a la magia, sino de una manifestación extraordinaria de nuestros sentidos.
Y del mismo modo que no podemos vivir sin la facultad de soñar, medio por el que el ser humano logra conocer aspectos que escapan a la facultad cognoscitiva habitual, la existencia de estos fenómenos inexplicados nos recuerdan que nuestros sentidos no son el único medio de percepción y conocimiento de que disponemos.
En el libro se nos recuerdan los casos del propio Víctor Hugo (1802-1885), el del mensaje en la botella del malhadado Lusitania, el clásico asunto de Florence Cook (1856-1904) y el fantasma de Katie King (-), y las opiniones muy al respecto del doctor Carl Gustav Jung (1875-1961).
También el nacimiento oficial del espiritismo, en 1848, sin escatimar a los estafadores del más acá, o la descripción de los distintos métodos del espiritismo, incluyendo la primera noticia de un mensaje proveniente del más allá, en 1915; la curiosa profecía hecha a un joven de diecinueve años, o el accidente del príncipe Bernardo de Holanda (1911-2004). Hasta el conocido sueño premonitorio de Abraham Lincoln (1809-1865).
Entre ellos, la narración del muchacho desaparecido Hans Herman (-) sigue provocando escalofríos, como la posibilidad (casi certeza) del nexo de unión entre muchos de estos acontecimientos y los sucesos dramáticos del lugar, descubrimiento de restos humanos incluidos. La trascendencia de creer en un más allá junto a la fría ecuación de lo impalpable.
Y del mismo modo que no podemos vivir sin la facultad de soñar, medio por el que el ser humano logra conocer aspectos que escapan a la facultad cognoscitiva habitual, la existencia de estos fenómenos inexplicados nos recuerdan que nuestros sentidos no son el único medio de percepción y conocimiento de que disponemos.
En el libro se nos recuerdan los casos del propio Víctor Hugo (1802-1885), el del mensaje en la botella del malhadado Lusitania, el clásico asunto de Florence Cook (1856-1904) y el fantasma de Katie King (-), y las opiniones muy al respecto del doctor Carl Gustav Jung (1875-1961).También el nacimiento oficial del espiritismo, en 1848, sin escatimar a los estafadores del más acá, o la descripción de los distintos métodos del espiritismo, incluyendo la primera noticia de un mensaje proveniente del más allá, en 1915; la curiosa profecía hecha a un joven de diecinueve años, o el accidente del príncipe Bernardo de Holanda (1911-2004). Hasta el conocido sueño premonitorio de Abraham Lincoln (1809-1865).
Entre ellos, la narración del muchacho desaparecido Hans Herman (-) sigue provocando escalofríos, como la posibilidad (casi certeza) del nexo de unión entre muchos de estos acontecimientos y los sucesos dramáticos del lugar, descubrimiento de restos humanos incluidos. La trascendencia de creer en un más allá junto a la fría ecuación de lo impalpable.
También son comentados episodios tan conocidos como los de Mesmer (1735-1815), Edgar Cayce (1877-1945), o la médium Mrs. Piper (1857-1950), junto a otros aspectos no menos interesantes como el Efecto Placebo o la neurosis. Por no hablar de que la ciencia moderna reconoce la diagnosis medial y se plantea fenómenos como la autoscopia (la visión del propio cuerpo) y la xenoscopia (la visión de otros cuerpos). Claro que el autor también propone ejemplos sobre el poder de la (auto) sugestión (si bien, Herlin nos recuerda que nadie puede ser hipnotizado en contra de su voluntad). Todo aspecto, como vemos, queda debidamente recogido e ilustrado.
¿Creéis que el alma ve únicamente a través de los ojos? ¿Que se halla limitada por el alcance de nuestros sentidos? (Marco Aurelio, cita recogida en el libro)
Tampoco olvida el autor, ni mucho menos, la postura de los escépticos, a los que afea sus flagrantes contradicciones, sustentadas, la mayoría de las veces, en el desconocimiento y la arrogancia que se suele desprender de este. Si la ciencia no continuara cerrándose a admitir determinados hechos solo porque le parezcan desacostumbrados, acaso hubiera avanzado nuestro conocimiento de los fenómenos ultrasensoriales. Excelente compendio de dichos fenómenos, El mundo de lo ultrasensorial sigue proporcionando suficientes argumentos para hacernos reflexionar.
 |
| Las tentaciones de San Antonio, de Salvador Dalí |
Entradas
0 comentarios :
Publicar un comentario
¡Hola! Si te gusta el tema del que estamos hablando en esta entrada, ¡no dudes en comentar! Estamos abiertos a que compartas tu opinión con nosotros :)
Recuerda ser respetuoso y no realizar spam. Lee nuestras políticas para más información.