Clásicos Inolvidables (XXXVIII): Dublineses, de James Joyce

27 diciembre, 2013

| | |
James Joyce
Vi, o imaginé, que la geografía, que a dosis tan parcas me enseñaban en la escuela, adquiría sustancia ante mis ojos” (Un encuentro).

Relatos de vecinos, experiencias de juventud y retales de la infancia -como ese “descubrimiento” del paisaje dublinés que hace el muchacho de Un encuentro-, forman el microcosmos realista que propuso James Joyce (Dublín, 1882 – Zúrich, 1941) en su colección de cuentos Dublineses (1914), una de sus obras más “asequibles”, junto con el Retrato del artista adolescente (1916). La “desaparición” en vida, más incluso que la muerte, vertebra estos relatos de las gentes de Dublín y de la ciudad misma. Esta presta su escenario, pero las anécdotas son, una vez más, intemporales y universales: los muchachos que intuyen un peligro y esto les acaba acercando (de nuevo Un encuentro), o el relato de Evelyn, de diecinueve años, que está a punto de huir de su casa con Frank, el chico al que ha conocido recientemente y que trabaja en un barco…

De este modo, el microcosmos al que hacíamos alusión, trasciende el elemento geográfico, y puede ser compartido de forma genérica, convirtiéndose en un macrocosmos. Ello no obsta para que en las narraciones de Dublineses prevalezca la descripción de una atmósfera más psíquica que física, encarnada en unas personas, unas vidas, ligadas a una ciudad.

Joyce ya se muestra particularmente diestro en la confección de monólogos interiores, procelosos procesos mentales de unos individuos a los que, la mayoría de las veces, les embarga lo cotidiano. Son fragmentos vitales de antes y de ahora, a veces minimalistas, a veces costumbristas.

La prosa de Joyce nos hace percibir el calor de un lugar, aunque su fuerte es la descripción de unos personajes cuya magdalena del recuerdo puede ser una canción arrinconada en la memoria, que de repente emerge. En este sentido, la descripción psicológica alcanza su madurez en el proceso introspectivo de Gabriel Conroy, junto a la exposición del resto de personajes de Los muertos, que se describen así mismos “por lo que dicen”. (Volveremos a este relato en una próxima entrada, con motivo de su adaptación para el cine).

A estos ejemplos se suman lo irónico de los convencionalismos sociales en La casa de huéspedes, el desapego hacia el mundillo artístico en Una madre, o la crítica hacia determinados aspectos de la religión -o de la ignorancia piadosa- en La gracia.

No son las únicas convenciones puestas en tela de juicio; también lo son las igualmente etéreas amistades (más que la amistad) en Después de la carrera, frente a los sentimientos puros que muestra el personaje de Mary en Arcilla.


La referida prosa de Joyce describe de manera impresionista, con pinceladas sueltas, desde una noche de “ponches calientes” (en Contrapartidas, de tan terrible final), a los “ojos sin vida” de la Tía Julia (Los muertos). En Dublineses pasamos, sin apenas intervalos, del ritual de una celebración, a la celebración de un ritual, más invisible, que sería el de la propia vida.

Escrito por Javier C. Aguilera


0 comentarios :

Publicar un comentario

¡Hola! Si te gusta el tema del que estamos hablando en esta entrada, ¡no dudes en comentar! Estamos abiertos a que compartas tu opinión con nosotros :)

Recuerda ser respetuoso y no realizar spam. Lee nuestras políticas para más información.

Lo más visto esta semana

Aviso Legal

Licencia Creative Commons

Baúl de Castillo por Baúl del Castillo se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.

Nuestros contenidos son, a excepción de las citas, propiedad de los autores que colaboran en este blog. De esta forma, tanto los textos como el diseño alterado de la plantilla original y las secciones originales creadas por nuestros colaboradores son también propiedad de esta entidad bajo una licencia Creative Commons BY-NC-ND, salvo que en el artículo en cuestión se mencione lo contrario. Así pues, cualquiera de nuestros textos puede ser reproducido en otros medios siempre y cuando cuente con nuestra autorización y se cite a la fuente original (este blog) así como al autor correspondiente, y que su uso no sea comercial.

Dispuesta nuestra licencia de esta forma, recordamos que cualquier vulneración de estas reglas supondrá una infracción en nuestra propiedad intelectual y nos facultará para poder realizar acciones legales.

Por otra parte, nuestras imágenes son, en su mayoría, extraídas de Google y otras plataformas de distribución de imágenes. Entendemos que algunas de ellas puedan estar sujetas a derechos de autor, por lo que rogamos que se pongan en contacto con nosotros en caso de que fuera necesario retirarla. De la misma forma, siempre que sea posible encontrar el nombre del autor original de la imagen, será mencionado como nota a pie de fotografía. En otros casos, se señalará que las fotos pertenecen a nuestro equipo y su uso queda acogido a la licencia anteriormente mencionada.

Safe Creative #1210020061717