Cartel original |
Gente maravillosa, o como se comercializó recientemente en formato DVD, Los animales son gente maravillosa (Animals Are Beautiful People, Warner Bros., 1974), se abre con unas extraordinarias imágenes del desierto. Son la metáfora visual de la eterna lucha por la supervivencia en un medio hostil y la (bella) constatación de que la vida se manifiesta en cuanto tiene ocasión, ya sea en forma de extremófilos riotinteños, o de insectos tan campantes por los bastos y eternos arenales africanos.
La película fue minuciosa y pacientemente elaborada por el realizador sudafricano Jamie Uys (1921-1996), a quien también recordamos por la entretenida Los dioses deben estar locos (Gods Must Be Crazy, Twentieth Century Fox, 1980), ya con otros personajes de carne y hueso. En esta, su obra maestra documental, la vida se abre laborioso camino por los desiertos del Namib -Rojo y Blanco-, el Pre-Namib y el Kalahari. Son lugares hostiles, calcinados (inolvidable la imagen de esos “demonios polvorientos”), que curiosamente, también cuentan con sus jerarquías y “embriagamientos”.
Adaptación y supervivencia son personificados por unos seres entrañables, retratados por medio de una prosa ágil y divertida (dispensada por la voz en off), sin olvidar ciertos aspectos más que curiosos del “reino vegetal”: igual de inolvidables resultan las imágenes dedicadas al milagro de la floración.
Los seres que desfilan ante nuestros ojos muestran características y comportamientos tan humanos, que uno no puede por menos que recordar de dónde venimos (en un divertido juego, que cada cual escoja la especie). También hay entre los protagonistas buenos y malos (y feos, aunque a diferencia de algunos humanos, estos suelen serlo solo por fuera). Todo un ecosistema de madres abnegadas, estirados funcionarios, glotones empedernidos, reincidentes cabezones, y algún que otro humano que pasaba por allí.
Y es que este es el reino de los animales del desierto y la sabana, un hábitat que se han ganado a pulso, bajo esa característica tan fascinante como es el instinto.
Entre los momentos más celebrados y emocionantes, destaca aquel en que somos testigos de la lucha “elemental” y titánica que mantienen las nubes y el sol. También son retratadas las tribus que pueblan aquesta parte del mundo; por un momento, se nos hace partícipes de la idiosincrasia de los pueblos mahalaharis y la de los itinerantes bosquimanos, pero las auténticas estrellas del relato son los animalitos.
Gente maravillosa está narrada a modo de sketches o pequeñas historias, deliciosas aventuras protagonizadas por patos, peces, leones y suricatos. Una serie de historietas que alcanzan su más dramático momento con el relato de los pelícanos. La banda sonora se compone, principalmente, de una excelente y emotiva selección de piezas clásicas. He de añadir que, en la edición para video doméstico que conservo, existía un preludio en el que nuestro Félix Rodríguez de la Fuente (1928-1980) se congratulaba por la película. Lamentablemente, esta presentación no se ha conservado en la edición digital.
Merece la pena, por lo tanto, conocer a toda esta “gente maravillosa”, y ensalzar la meritoria labor de Jamnie Uys al descubrírnosla. Su estela ha sido seguida después por otros grandes documentalistas, como David Attenborough (1926), pero Gente maravillosa supone un culmen difícilmente olvidable.
De hecho, aunque parezca un “lugar común” -y pese a que el desierto no suele ser precisamente “lugar común” para recordarlo-, Gente maravillosa desempolva la idea de que este planeta no nos pertenece a ninguno de nosotros, sino a sí mismo. Que del mismo modo, hay otros mundos paralelos que están en este, y que además, esto se puede decir con innegable gracia.
Escrito por Javier Comino Aguilera.
Me interesa el documental si lo tiene en audio latino? Ojala me puedan ayudar
ResponderEliminarTengo tiempo buscando ese documental lo tiene en audio latino? Mi correo es altapotenciamusical@gmail.com
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