Calvin Klein es una de las firmas de moda con mayor notoriedad publicitaria en los últimos años. La casa de moda, fundada en Estados Unidos en 1968, no sólo cuenta con un variado catálogo en ropa masculina y femenina, sino que además cuenta con artículos deportivos, de joyería, relojes e innumerables fragancias.
El gran salto a la fama de esta marca llegaría el mismo año de su creación, y gracias a una afortunada casualidad. Su fundador y diseñador, Calvin Klein, se dedicaba a exhibir una pequeña línea de artículos de muestra en un piso alquilado en la ciudad de Manhattan. Poco tiempo después, el vicepresidente de otra conocida firma de moda, Bonwit Teller, se detuvo en el piso equivocado, pero le gustó tanto las muestras que allí pudo contemplar que no dudó en invitar a Klein a enseñárselas al presidente de Bonwit Teller.
Al año siguiente, en 1969, las colecciones de Calvin Klein ya aparecían en las portadas de las principales revistas de moda, como Vogue, Elle o Marie Claire en sus versiones estadounidenses. En la década de los setenta, los ingresos anuales se situaban sobre los 30 millones de dólares y Klein contaba ya con licencias en bufandas, cinturones, zapatos, gafas de sol y ropa para hogar. Posteriormente, con las licencias de cosmeticos, jeans, y ropa masculina, el volumen anual de venta llegó a los 100 millones de dólares.
En 1980, el negocio de los pantalones de mezclilla alcanzó su máximo histórico. En ese momento, Calvin Klein introdujo los boxer a la colección de ropa interior para hombre y mujer, con la cual recaudaría más de 70 millones de dólares en un año.
El éxito siguió en esa misma década, en la que las ventas minoristas mundiales reportaron ganancias de más de 600 millones de dólares. La firma se vendía ya en más de 12.000 tiendas de Estados Unidos, y estaba disponible también en otros seis países. Además, a principios de los noventa, se comenzó a promover la colección de ropa interior con grandes anuncios espectaculares, mostrando en su primera campaña al entonces cantante Mark Wahlberg junto a la modelo británica Kate Moss, convirtiéndose en todo un éxito y siendo conocidos como los Calvins.
Las campañas de las firmas de ropa interior y jeans se han caracterizado por generar siempre un gran revuelo debido a que siempre aparecen escenas explícitas relacionadas con el erotismo y la sexualidad. El pasado año, la marca se ha visto en el centro de la polémica tras las diferentes denuncias recibidas como protestas ante una de sus últimas campañas publicitarias. El anuncio en cuestión muestra la figura de una modelo femenina casi desnuda, acosada y rodeada de varios hombres en una escena calificada como agresiva y ofensiva para la mujer. Las diferentes quejas y las numerosas denuncias recibidas sobre la campaña Advertising Standards Bureau, el organismo regulador de la publicidad en el Reino Unido, han servido como presión para que los anuncios comiencen a ser retirados de las vallas publicitarias donde eran exhibidos.
Las campañas de las firmas de ropa interior y jeans se han caracterizado por generar siempre un gran revuelo debido a que siempre aparecen escenas explícitas relacionadas con el erotismo y la sexualidad. El pasado año, la marca se ha visto en el centro de la polémica tras las diferentes denuncias recibidas como protestas ante una de sus últimas campañas publicitarias. El anuncio en cuestión muestra la figura de una modelo femenina casi desnuda, acosada y rodeada de varios hombres en una escena calificada como agresiva y ofensiva para la mujer. Las diferentes quejas y las numerosas denuncias recibidas sobre la campaña Advertising Standards Bureau, el organismo regulador de la publicidad en el Reino Unido, han servido como presión para que los anuncios comiencen a ser retirados de las vallas publicitarias donde eran exhibidos.
Según el propio organismo regulador, el anuncio de la campaña publicitaria fue calificado como una clara ofensa y un hecho degradante para las mujeres que son idealizadas como un juguete para los hombres. Pero también es necesario destacar que, tal y como vemos, la figura del hombre también queda de igual forma degradada, ya que se le vincula con el abuso y uso de la violencia sexual contra la mujer.
En este sentido, es cierto que muchos anunciantes de cualquier ámbito están sobrepasando las barreras éticas de la publicidad utilizando este tipo de estrategias, donde la violencia sexual es aprovechada como una herramienta de marketing. Porque el fin no siempre justifica los medios, y, por eso, para llamar la atención no es necesario recurrir a la crueldad o a la dureza personal para persuadir en la compra de dicha marca, sino emplear positivamente todo aquello que nos puede llegar a ofrecer.
Escrito por Mariela B. Ortega
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