A mediados del siglo XIX, Ada McGrath, una joven escocesa apasionada por la música, queda viuda a cargo de su hija pequeña, Flora. Para poder mantenerla, se ve obligada a aceptar un matrimonio concertado, el cual la obliga a dejar su Escocia natal y a viajar a Nueva Zelanda, acompañada de su hija y de su piano, su bien más preciado. Allí conoce al que será su futuro marido, Alistair Stewart, un granjero pudiente que poco después se negará a llevar a casa el piano.
Muda desde que, siendo pequeña, decidiera voluntariamente de hablar; Ada se ve obligada con sumo abatimiento a abandonar su apreciado instrumento, el que constituye su principal medio de expresión junto al lenguaje de signos, que practica con Flora.
Abandonado a su suerte en la playa, el instrumento será rescatado por George Baines, un vecino entusiasta de la música de piano, quien al principio le pide a Ada que le dé clases de piano, estableciendo seguidamente un extraño trato: ella podrá tocar el piano mientras que él pueda tocarla. Inevitablemente, será un hecho que marcará el devenir de la historia.
Escrito y dirigido por Jane Campion, este drama romántico triunfó tanto en la taquilla como entre la crítica, logrando tres Óscars entre sus ocho nominaciones, los cuales premiaron la labor de Holly Hunter como actriz principal, la de Anna Paquin por su papel secundario y la de la propia directora por el guión original, quien también se llevó la Palma de Oro de Cannes. Destaca también la presencia de Harvey Keitel y Sam Neill como Alisteir y George, respectivamente; además, sobresale la banda sonora de la película, a cargo de Michael Nyman, cuyo álbum se convirtió en todo un éxito internacional que aún perdura. Es la propia Holly Hunter la encargada de interpretar a piano cada melodía en las diferentes secuencias de la película, unas emocionantes piezas capaces de embelesar nuestros sentidos, como podemos admirar a continuación.
El Piano es una película que quizás no ha tenido la trascendencia que algunos creen que merece. La historia, escenarios, personajes y actuaciones son verdaderamente sobresalientes, y se beneficia de los fascinantes paisajes escogidos en esa isla de Nueva Zelanda donde cualquier cosa puede ocurrir. Tampoco podemos dejar pasar la excelente fotografía, música y guión del film, aparentemente simple pero envolvente e invadido por la tristeza. Un rasgo que la diferencia de otras películas es la poca cantidad de diálogos, ya que Ada es muda y transmite sus sentimientos mediante el piano, convirtiéndose así en la voz de la protagonista.
Descubrimos en ella una historia de amor atípica, quizás por la falta de tapujos y la sinceridad con la que está contada: personajes que son incapaces de amar y que se rinden a la lujuria y el deseo para después dar paso al amor.
La frialdad de la que peca la historia en algunos momentos se ve compensada con la intensidad de otros que siguen resultando tremendamente emocionantes, como las escenas bañadas con la inolvidable música de Michael Nyman, una de las obras maestras contemporáneas más reconocidas.
Holly Hunter, sin decir una palabra, transmitía todas las sensaciones y sentimientos de Ada con la fuerza de su mirada, llevándose merecidamente un año más tarde el Óscar a la Mejor Actriz. La vivaz, inquietante y risueña Flora también estuvo a la altura, interpretando un gran papel y que, con sólo once años, también se vio recompensado con un Óscar. Junto a ellas, la sobriedad y clase de Sam Neill y, sobre todo, un contenido Harvey Keitel, completan el excelente reparto.
Una delicia imprescindible para los sentidos, cuya banda sonora emociona y logra envolver al oyente, y una historia que ha logrado convertirse en un clásico contemporáneo para cualquier amante de los grandes dramas del séptimo arte.
Me la apunto!!!!
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De esas películas que además de tener una historia interesante, cuenta con un excelente reparto como lo es la actriz Anna Paquin , que nos presenta en esta historia musical, una mujer romántica y enamorada.
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