Frederick Starks tiene una vida tranquila, arrastrando una viudez, sigue trabajando como psicoanalista tratando diversos casos. Pero todo dará un giro radical cuando recibe una carta el día de su cumpleaños, en la que un autor que emplea el seudónimo de Sr. R. o Rumplestiltskin y parece conocer su vida con todo detalle, le da quince días para descubrir su identidad, en caso de no poder hacerlo, deberá suicidarse o uno de sus familiares morirá. Este es el planteamiento de El psicoanalista, la novela más exitosa de John Katzenbach.
John Katzenbach |
Las novelas de este autor se encaminan hacia el thriller, pero además se entremezclan con el mundo del cine, adaptando sus novelas a guiones para películas, como Al calor del verano, que fue adaptada como Llamada a un reportero, o La guerra de Hart, que fue protagonizada por Bruce Willis y Colin Farrell. Su unión con los crímenes también la observamos en su trabajo como reportero, donde ha trabajado en artículos de corte criminal para The Miami Herald y Miami News, aunque también se han podido ver en Herald Tropic, New York Times, el Washington Post o The Philadelphia Inquirer. Son duda, Katzenbach es un especialista en estas tramas, por las que ha estado nominado en dos ocasiones a los premios Edgar, y que alcanzó un rotundo éxito con El psicoanalista, que se mantuvo entre los más vendidos en su traducción al español.
Su éxito reside en la intriga con la que el autor maneja la situación, creando una trama compleja en la que el lector será la sombra del psicoanalista, del doctor Starks, siguiendo sus pasos e intentando averiguar qué sucede. A diferencia de otras novelas, no seremos omniscientes gracias a la narración, no sabremos quién se oculta detrás de cada personaje o de cada acción, sino que incluso podremos estar por detrás del protagonista, al desconocer sus propias ideas. Esto se hace más remarcable al final de la primera parte, donde nos encontraremos al final de los quince días y ante la decisión final del suicidio o que algún miembro de su familia, de la que permanece alejado desde hace años, muera.
Starks tomará el papel del detective que empleará no sólo todos los datos a su disposición, sino el mundo de las mentes, que conoce a la perfección después de los años de experiencia en su trabajo. Tendrá que hacer frente al misterioro Sr. R. y a sus ayudantes: Virgil, una joven que se dedicará a jugar con Starks en todos los sentidos, y Merlin, el personaje que tiene menor fuerza, pero necesario para la extorsión continua que sufre el protagonista, quien irá viendo sus posibles vías de investigación cerrarse gracias a los obstáculos que esta triada pondrá en su camino.
Sin embargo, pese a que la trama y los personajes desarrollan una buena historia, el estilo de Katzenbach, en algunos casos, consiguen que la lectura se pueda hacer algo pesada y lenta, explotando y explorando en su totalidad la idea inicial y la investigación original, lo que supone que la segunda y la tercera parte sean un soplo de aire fresco para aquellos que hayan sobrevivido, y con acierto, a los primeros capítulos. Resultarán interesantes los cuadros de estudio psicológico que realiza el autor gracias a su protagonista, creando un detective propio que, a la vez, se muestra como víctima de un juego macabro. Investigar por sobrevivir y salvar la vida. Y todo bajo el nombre del Sr. R, alguien que debe odiarlo tanto como para desear que sea él quien se suicide, la pregunta está servida: ¿logrará Frederick Starks descubrir quién se esconde detrás de ese seudónimo o caerá en ese juego del que será inevitable salir muerto?
Ya lo leí, y es excelente.
ResponderEliminarAy, pues a mí en cambio me dejó francamente fría...
ResponderEliminar