El agente protegido, de James Nava

David Crow debe ocultar su identidad como agente de la CIA, debido a que sobre él pesa una fatwa, lo que le hace ser el objetivo de terroristas islámicos dispuestos a cumplir su ley. Debido a esto, es ingresado en el Programa de Portección de Agentes, llegando así a un pequeño e idílico pueblo cerca de las Montañas Rocosas para empezar una nueva vida como un vaquero solitario, pero allí surgirá una amenaza letal, pues pronto será descubierto. La CIA decide entonces usarlo como señuelo para capturar a los terroristas, lo que podría resultar aún más peligroso para la vida de David, quien deberá hacer frente a sus enemigos para defender su vida. El pasado acecha como una sombra que se cierne sobre él y sobre su única esperanza.

David Crow es El agente protegido, el protagonista de la última novela del escritor James Nava, español de origen, pero estadounidense de adopción. Perteneció a una unidad de élite del ejército, contando con una amplia formación multidisciplinar en estudios norteamericanos, escritura creativa y filosofía, así como un gran conocimiento de las Fuerzas Especiales y la Comunidad de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA). Se dedica principalmente a la novela y al ensayo, habiendo publicado obras que entroncan directamente con la literatura popular norteamericana. La novela de la que hablamos hoy es su cuarta obra, donde abarcará los temas que le apasionan, como los lobos, los espacios naturales del Oeste norteamericano y la cultura nativa india y americana; desarrollando argumentos con tramas de thriller político, espionaje, aventuras, acción y eco-thriller, pero sin olvidar el romance, el misterio y el humor.

Esos mismos elementos son los que podemos encontrar en esta novela, un claro homenaje a la cultura western planteada en un argumento actual y vigente, que se entrelaza con la situación que se vive en nuestros días. Refleja, además, la lucha contra el terrorismo yihadista y la supervivencia de un agente de la CIA en un entorno tan fascinante como es el Oeste norteamericano, lugar que evocará a los clásicos escenarios de la cultura tradicional estadounidense, conectando con sus raíces. Este último hecho nos lleva a observar que El agente protegido tiene la estructura clásica de la literatura western, lo que supone un desafío para encajar el argumento contemporáneo con unos elementos tan definidos como los que componen la cultura de los vaqueros. 

Además, la novela gana en intensidad, pues los hechos están condensados para crear un ritmo acelerado in crescendo que permitirá al lector no perderse en detalles superfluos y sumergirse en la trama desde la primera página. Contando, también, con datos reales sobre un aspecto poco conocido de la guerra antiterrorista contra Al Qaeda: la persecución de agentes federales estadounidenses por parte de células yihadistas y el efecto de esta persecución a la seguridad nacional de Estados Unidos.

Por otra parte, James Nava da pinceladas ecológicas en la novela a de una forma sutil pero permanente, a través tanto del espectacular paisaje de las Montañas Rocosas como con la importancia y el significado de los animales en la simbología tardicional de la cultura nativa norteamericana, o la influencia en las personas y en el medio del ciclo de las estaciones del año. Una combinación que nos hará encontrarnos con la alta tecnología entremezclada con la belleza del galope de un caballo al aire libre del Oeste del wester más clásico. Todo reunido en una trama de thriller político actual, intenso y con alguna sorpresa.

Sin duda algo novedoso por parte de este autor especializado en esta clase de obras. El agente protegido ha sido publicado por la editorial Sniper Books y distribuida por Museum Line. Podéis encontrar más información del libro en este enlace o visitar la página web de James Nava, autor de la obra, quien cuenta con una página de fans en Facebook. Y lo podéis adquirir por FNAC, Amazon, Librería Navlan o el Corte Inglés. O directamente al correo de la editorial.

«… en algún momento de la noche, empezaron los sueños. Primero fueron los aullidos, luego vio a la manada, y súbitamente, empezó a ver a través de los ojos de uno de los lobos. De nuevo.»