NAVIDAD 2021-2022
Fue una grata sorpresa el que Dolly Parton (1946) acometiera un segundo álbum dedicado a la música de la Navidad, tras el estupendo Home for Christmas (Columbia, 1990). La diferencia es que, en este segundo disco, la cantante, actriz y empresaria, querida de tantos, emprende un recorrido por temas propios, o bien de otros colegas, la mayoría de los cuales son de nuevo cuño.
Muchos están siendo los artistas que con el parón de la dichosa pandemia han puesto a trabajar voluntad e imaginación, proyectando nuevos trabajos con renovados bríos. Ahora o nunca. Fenomenal es la última elaboración de ABBA, de la que espero tener ocasión de referirme. Incluso algunos de estos avances nos las prometen bastante felices, caso de los magníficos dúos Tears for Fears y Soft Cell, o bandas tan emblemáticas como Bauhaus y Duran Duran. El último empeño de Elton John (1947), con sus nuevas versiones, no me ha gustado tanto: difícil es estar a la propia altura. En cambio, las flamantes adaptaciones propuestas por Barry Gibb (1946), a modo de songbook, de los clásicos interpretados junto a sus hermanos, me han parecido una maravilla (Greenfields, EMI-Capitol, 2021). En este último disco también colabora Dolly Parton.
La cantante country-pop está en plena forma. Y lo demuestra. Del mismo modo que la Navidad puede con todo lo que le echen, ataques reiterativos y espurios por doquier, que esta conoce hasta la extenuación y que sabe sortear con ejemplar bonhomía.
A Holly Dolly Christmas (Butterfly Records, 2020) es el título de este último álbum navideño de Dolly Parton, aparecido las Navidades pasadas, pero encaminado a las presentes y las futuras. Yo me enteré y lo compré el treinta y uno de diciembre de 2020, algo tarde para hacer mi habitual artículo de inicios de la Navidad. Pero acá está. Con su tema de apertura, el alegre y desenvuelto Holly Jolly Christmas, una invitación en toda regla, y comienzo de una celebración con los mejores deseos. Parte de una estrofa dice así: Oh, every year I love singing this song. And I thought, well, why not just do a whole album called A Holly Dolly Christmas. So I did. Lo que viene a ser, todos los años, me encanta cantar esta canción. Y pensé, bueno, ¿por qué no hacer un álbum completo? Llamado A Holly Dolly Christmas. Así que lo hice.
Los arreglos son, cómo no, marcadamente country, pero sin perder nunca esa perspectiva pop que tanto bien hizo en los años ochenta para que se propagara, como una vertiente más, esta copla musical de marcado acento americano que es el mencionado country (sin dejar de atender casi todas sus variantes, blue grass, folk, cow, rock, etc.).
Con su alegría desplegada, este tema inicial del espléndido Johnny Marks (1909-1985) nos recuerda que tan importante es vivir una buena Navidad como desearla, aunque no nieve ese año.
Dúos con intercambio de lindezas amables, a través del burbujeante diálogo, algo también típicamente americano, se suceden en All I Want for Christmas, con Jimmy Fallon (1974), y Cudle Up, Cozy Down Christmas, con Michael Bublé (1975). No es mala forma de acurrucarse. El primero de ellos es un tema destacado de la absorbente y ubicua Mariah Carey (1969) y Walter Afagasieff (1958). Posee en su ritmo un aire a lo Phil Spector (1939-2021), y resulta excelente a la hora de crear un buen ambiente y franca camaradería. En el segundo se nos da buena cuenta de lo que hacer si una tormenta bastante oportuna nos aísla en compañía de otra persona encantadora.
No faltan las baladas, como Christmas Is, a dúo con Miley Cyrus (1992), Comin’ Home for Christmas, o la bellísima Circle of Love. Completando los duetos encontramos participaciones de Billy Ray Cyrus (1961), padre de Miley, en la muy festiva Christmas Where We Are, la interpretación del clásico moderno de Willie Nelson (1933), Pretty Paper (1979), a dúo con el gran intérprete y compositor, de atmósfera más recogida pero igual de cálida, y el cántico de tema mariano Mary Did You Know, que pese a ser pieza reciente (letra de 1984 y música de 1991), nos retrotrae a un entorno de iglesia o pequeña congregación, con coros finales, que me recuerda aquella otra versión de Dolly titulada He’s Alive (1989), compuesta por Don Francisco (sic) (1946), y cantada, entre otros, por el gran Johnny Cash (1932-2003); sin olvidar el Go Tell it on the Mountain del álbum de 1990.
Con Randy Parton (1953-2021), hermano de la cantante, tristemente fallecido poco después, interpreta Dolly You Are My Christmas, de reminiscencias más pop. Por su parte, la orquestación más típicamente country no pierde el norte en canciones como Christmas on the Square, que emplea el recurso de las voces superpuestas y que fue el tema representativo de la película del mismo nombre que co-protagonizó Dolly Parton el pasado año. No la he visto y nada puedo decir de ella, pero sí que prevalece en todo el álbum un afán de alegría y bullicio.
Aunque está sobado el decirlo, la Navidad es además de todas las luces, engordes y oropeles, un tiempo para recordar. Todos los temas navideños poseen esta capacidad evocadora. Lo que resalta en Holly Dolly Christmas es su capacidad, acérrima al pop, de seguir ofreciendo creaciones pegadizas y con entidad. Precisamente, un gustoso sabor de las incipientes tonadas pop de los años cincuenta lo hallamos en I Saw Mommy Kissing Santa Claus (1952), entrañable canción con música y letra de Tommy Connor (1904-1993). El álbum se completa -en la edición que yo poseo- con otra hermosa composición proveniente de un especial de Navidad para televisión, llamada I Still Believe. Otro buen regalo con el que regalarnos los oídos.
Para acompañar este bienvenido acontecimiento, voy a retomar un trabajo aparecido en 2001, pero que, como todos los buenos empeños musicales, es atemporal. Se trata del álbum Christmas Memories (Columbia) de la gran cantante (para mí inigualable) Barbra Streisand (1942).
Lo primero que cabe decir en este caso, es que los estándares contenidos en este disco nos son los más conocidos, y lo segundo, destacar la aterciopelada instrumentación, que únicamente se acerca al convenio pop en la excelente canción It Must Have Been a Mistletoe, de Douglas Konecky (-) y Justin Wilde (-). El resto es una majestuosa obra de intimismo navideño, por medio de baladas. Cierto es que los temas seleccionados no son del todo ajenos al más entendido, aunque no suelan ser los más recurrentes, pero el tono es el de una recogida y personal -algo más que melancólica- velada.
Incluso una melodía tan versionada como es el Ave Maria (1825) de Franz Schubert (1797-1828) está desarrollada con asombrosa elegancia, delicadeza y emotividad. No era la primera vez que Barbra Streisand acometía un trabajo de estas características, el primero de sus álbumes navideños fue el temprano A Christmas Album (Columbia, 1967), que es igualmente disfrutable y muestra unos contenidos hermanados a este. Resulta equivalente en lo atemporal y lo recomendamos vivamente. Justo este primer álbum contenía otro Ave Maria (1853), el no menos bello de Gounod (1818-1893). Eso sí, su versión de Jingle Bells? es tan acelerada como desenfrenadamente caótica, por eso acaba con un signo de interrogación. Lo que no sucede con el resto del álbum. Algo así como un prolegómeno chistoso frente al resto de estándares: White Christmas, The Christmas Song, Have Yourself a Merry Little Christmas, Silent Night, rebautizada aquí Sleep in Heavenly Peace, O Little Town of Bethlehem, y la menos prodigada pero así mismo reconocible My Favorite Things (otras grandes versiones de este tema son las de Dionne Warwick [1940], en su My Favorite Time of the Year (DMI-EMI, 2004), y Tony Bennett (1926) en Snowfall (Columbia, 1968); aparte las de Julie Andrews [1935], por supuesto). Modelos que se alternan con otras producciones menos populares, pero igual de bienvenidas, como The Best Gift, de Lan O’Kun (1932-2020), el himno The Lord’s Prayer, de Albert Hay Malotte (1895-1964), y I Wonder as I Wander, de John Jacob Niles (1892-1980).
Lo mismo para el álbum de 2001. Salvo I’ll Be Home for Christmas (1943), del compositor Walter Kent (1911-1994) y el letrista Kim Gannon (1900-1974), el resto son composiciones bastante menos orilladas, como antes indicaba, en orquestaciones suaves y melódicas. Muy íntimas. Como sucede con I Remember, del recientemente desaparecido Stephen Sondheim (1930-2021), A Christmas Love Song, y el tema que da título al disco, obras de Johnny Mandel (1915-2020) y Don Costa (1925-1983), respectivamente, con letras del matrimonio Alan y Marilyn Bergman (1925; 1929). Obras que se arremolinan junto a Grown-Up Christmas List, del canadiense David Foster (1949), What Are You Doing New Year’s Eve, de Frank Loesser (1910-1969), la hermosísima Christmas Lullaby, de Ann Hampton Callaway (1958), o Snowbound, de Russell Faith (-) y Clarence Kehner (-), estrenada en su día nada menos que por Sarah Vaughn (1924-1990) (Roulette, 1963). El disco se cierra con la coral One God, compuesta por Ervin Drake (1919-2015), el mismo autor de esa pieza maestra que fue y sigue siendo It Was a very Good Year, fijada en el tiempo por el irrepetible Frank Sinatra (1915-1998).
La pandemia parece haber obrado, entre comillas, el milagro de repensar lo que es verdaderamente importante y unir un poco más a las personas (a algunas), entre los que se cuentan cantantes, productores, arreglistas y compositores. Un pack muy necesario en estos tiempos de incertidumbre brutal. Cuando todo lo demás falla, la música puede permanecer en nuestra compañía, agasajando el presente a través del pasado, formando parte de nuestra memoria más humana y sentimental. Do you remember me / I sat upon your knee / I wrote to you with childhood fantasies / Well I'm all grown up now / And still need help somehow / I'm not a child but my heart still can dream / So here's my lifelong wish / My grown up Christmas list / Not for myself but for a world in need: Me recuerdas / Me senté sobre tu rodilla / Te escribí con fantasías infantiles / Bueno, ya soy un adulto / Y todavía necesito ayuda de alguna manera / No soy un niño pero mi corazón todavía puede soñar / Así que aquí está mi deseo de toda la vida / Mi lista de Navidad para adultos / No por mí, sino por un mundo necesitado (Grown-Up Christmas List).
Algunos nombres nunca se fueron del todo: grupos como Pink Floyd, Erasure, a-ha, O.M.D., etc. Otros han arreglado cuentas y cerrado cicatrices. No es el caso de nuestras dos invitadas del artículo musical de este año, pero entre todos compartimos sus disgustos, anhelos, frustraciones y reencuentros. Agradeciendo estos últimos. Saltándose la impuesta distancia emocional por el virus de la uniformización con todos los geles hidromusicales que hagan falta.
Dolly Parton - Circle of Love
Barbra Streisand - Grown-Up Christmas List
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