Pues sí, le llegó el turno a ABBA. No voy a relatar la génesis y disolución del grupo, porque a estas alturas el interesado puede obtener cumplida información en la red, así que si me lo permiten, sí haré un comentario personal, y comenzaré diciendo que del mismo modo que me interesa mucho el arte cinematográfico pero soporto malamente a determinado tipo de cinéfilos, mitómanos y fetichistas (lo siento enormemente), siempre me han gustado las pegadizas canciones -un logro no tan desdeñable como algunos pretenden- del grupo sueco, pese a lo cual, confieso mi desconocimiento sobre películas o musicales, porque no me acaban de llamar la atención (así que no puedo ponderarlos). Me explicaré: acaban siendo tan de uno esas canciones que “sacarlas de contexto” es como desnaturalizarlas. Manías.
Ya entonces esta “impregnación” personal trataba de huir de la estética de los setenta para ser sustituida por una propia, tanto mental como apegada a unos determinados lugares físicos. Por otra parte, esa estética de los setenta –principalmente- ha servido a otros como coartada para atacar las cualidades artísticas del conjunto, una de las formas encubiertas de revestir nuestra aversión por medio de categorías pusilánimes.
Pero al fin, lo que queda es la calidad de la música, y calidad tuvo el grupo formado por Benny Andersson, Agnetha Fältskog, Björn Ulvaeus y Frida Lyngstad. Podrá gustar o no, pero que tenían (tienen) el incomparable hálito de la calidad, el innegable atractivo de la retentiva y la definición de una época determinada, es algo evidente, pese a que parezca una obviedad.
Fijar una emoción, un lugar o una época por medio de las canciones, es un elemento connatural a las mismas. Pero además, conviviendo junto a esa estética con chorreras, quisiera destacar el que para mí es el (perdido) atractivo de unas portadas igual de definidoras, las imágenes con que se adornaban y se expresaban los vinilos de la época. Los de ABBA siempre me parecieron espléndidos, cada uno a su “aire”.
En realidad, mi “comentario personal” iba a ser el que sigue, aunque se haya extendido a todo el escrito.
Pues sucedió que a finales de los ochenta y primerísimos noventa, grabé a algunos compañeros de clase unas casetes –además, en cintas de “metal”, para que sonaran bien-, con canciones de un grupo ya prácticamente arrinconado llamado ABBA, como habrán podido suponer. Provenían de vinilos salidos de los sitios más variopintos, aunque algunos eran herencia familiar (Voulez-Vous, 1979), y otro tuve la suerte de adquirirlo, por aquel entonces en una tienda de discos de Granada (The Visitors, 1981).
Y traigo a colación la anécdota porque la reacción solía ser más que positiva. Pese a que ya no estaban “de moda”, las canciones, magníficamente interpretadas, acababan gustando. Alguno conoció así la música de ABBA, del que me daba pena que pasara al olvido (yo qué sabía), en un tiempo inmediatamente anterior a la aparición en el mercado de los recopilatorios “GOLD” que iniciaron el revival del conjunto (personalmente, sigo prefiriendo los trabajos completos y “diferenciados”).
Personal había de ser también la selección de temas que ofrecemos. Naturalmente, espero que sean del agrado de los seguidores del Baúl. La primera es Bang-a-boomerang y pertenece al trabajo ABBA (1975), y la segunda, Like an angel passing through my room, a The Visitors (1981).
No cabe duda de que sin la primera –al igual que otras- el mundo habría sido menos feliz, y que la segunda contiene una de las más hermosas letras que recuerdo. Son del tipo de canciones que, “cogidas a tiempo”, te acompañan toda la vida.
Escrito por Javier C. Aguilera
La verdad es que me alegro mucho por ellos aunque Bjorn me repatea muxho con su voz cantante. Sigo la carrera de Benny en Wuexia desde hace décadas y yo ya era fan de abba antes de este revival. La noticia de su reunión y dos nuevas canciones me ha dejado muerto y con unas ganas enormes de escucharlas.
ResponderEliminarEs una pena que el revival no fuera antes para que sus voces estuvieran a su máximo potencial ya que aún nos quedan muchas versiones en vivo de sus éxitos que nunca hemos escuchado.
Su mejor disco...diría dos...Super Trouper y sobre todo The visitors. Lógico...la calidad y madure era ya tan grande que los discos eran perfectos
Amigo David, yo también espero esas nuevas canciones y lamento que no lo hicieran antes (han sido muy tontos). Más allá de modas y entorchados, es la suya una música de gran calidad. Y por supuesto que sus obras maestras son Super Trouper y The Visitors, son una galaxia (pero completos, no en recopilaciones).
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