Toula (Nia Vardalos) sigue soltera a sus treinta años y todos los miembros de su familia están preocupados por ella. Trabajar en el restaurante griego de sus padres no es la aspiración que desea mantener; ella quiere algo más, algo para sí misma y está dispuesta a cambiar su rutina para alcanzarlo. Aunque su familia, por desgracia, no. Toula empieza a trabajar en la agencia de viajes de su tía y será allí donde comience a cambiar su historia. Conocerá a Ian Miller (John Corbett), un apuesto profesor de instituto pero con un grave problema para la familia de Toula: no tiene ni una gota de sangre griega.
Dirigida por Joel Zwick, esta película viene precedida por una serie de anécdotas a la hora de ser producida. Rita Wilson, esposa de Tom Hanks asistió a la presentación de Mi gran boda griega en un teatro de Los Ángeles. La obra teatral estaba interpretada únicamente por Nia Vardalos y era una representación autobiográfica. Wilson, de descendencia griega, reconoció instantáneamente el potencial de la obra para ser llevada al cine. De esta manera, convenció a su marido para que asistiera la semana siguiente, quien quedó encantado y decidió así realizar un trato comercial con Vardalos.
Pese a que la protagonista ya había desarrollado un guion adaptado para el cine, debido a que la compañía productora Playtone se había interesado antes en la obra, Tom Hanks y Playtone se aliaron como productores del filme, y empezaron el rodaje de la película permitiendo la participación de Nia Vardalos como protagonista. La actriz ha conseguido varias nominaciones a los Globos de Oro, como actriz y guionista, además de una nominación al Oscar a mejor guión original. El resultado de toda esta producción fue una sencilla y divertida comedia romántica, en la que ella asume el papel protagonista de la trama y que, además, ha conseguido tener una segunda parte estrenada el 24 de marzo de 2016, catorce años después de la primera parte.
La historia original no tardó en convertirse en un éxito desde su lanzamiento en 2002. Simpática y divertida, la película cobró popularidad gracias al carácter que imprimen los personajes, traducida en una gran identificación que el público siente hacia ellos. Todo ello debido a los eventos y caracteres retratados a modo de cliché, pero sin olvidar que están tomados de la vida real, por lo que es difícil no soltar una sonrisa ante muchas de las situaciones. No obstante, la ejecución de la mayoría de interpretaciones y diálogos resulta muy monótona, haciéndose algo predecible y lenta en algunos tramos de la misma. Ahí tenemos, por ejemplo, la versión moderna del cuento del patito feo que encontramos al principio de la trama.
Una vez iniciada la relación entre ambos protagonistas, la historia lleva de manera apresurada al hecho trascendental de la película: la boda. Narrando las peripecias que la preceden encontraremos escenas bastante cómicas alrededor del gran revuelo causado entre su extensa familia griega, muy unida y tradicionalista, frente a la escueta y discreta familia del novio. Todos los estereotipos esperados están presentes: el refunfuñón jefe de familia, la madre entrometida, las coquetas hermanas y primas, los hermanos protectores y el adorable novio, que tendrá que aguantar escenas de todo tipo ante su familia política.
En este sentido, encontraremos ciertos valores referentes a la cultura griega, como el de la familia (Toula, pese a no compartir ciertas costumbres tradicionales y cerradas de su familia, los respeta e intenta ajustar sus hechos a sus creencias y a su cultura para no herir a su familia), o tramas relacionadas con el choque cultural, sobre todo encarnada en la figura paterna, quien no duda en rechazar un yerno que no sea griego, oponiéndose en un principio al matrimonio entre su hija e Ian, aunque acaba comprendiendo que todos podemos ser iguales en nuestra diferencia.
Aunque a veces nos sintamos presionados por la familia, a su vez es el lugar al que siempre nos agarramos y donde nos sentimos seguros. La película recuerda el orgullo por esa patria particular, el lugar de donde procedemos, sus logros y costumbres, al igual que los excesos que también pueden coincidir. Sin estridencias, con ironía fina y con un humor blanco, aunque con ocasiones que pueden hacer reflexionar. Sin duda, quién no se sentiría afortunado de pertenecer, irremediablemente, a una familia donde reina la sonrisa, la risa, y hasta la carcajada.
No dejes que tu pasado te dicte como eres, pero deja que forme parte de lo que vas a ser.
Escrito por Mariela B. Ortega
No veo mucha comedia, pero esta es una de esas pelìculas que nunca me llamò la atenciòn. Ahora que hacen la secuela (creo que es secuela) puede que me anime a verla. Obvio, primero verè esta a ver què tal.
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