Una de las historias más románticas e intensas rodadas en el cine contemporáneo se encuentra de aniversario. El diario de Noa (The notebook) cumple una década desde su estreno en el año 2004, y su éxito ha sido tal que, desde entonces, todos los que sedujo guardan un especial recuerdo de ella. Fruto de una adaptación, también ocurrió lo mismo con la novela en la que se basa y con la que comparte nombre, The notebook, de Nicholas Sparks, publicada en 1996.
Para hablar de la historia nos tenemos que remontar al ambiente vivido en una residencia de ancianos, donde un hombre lee a una mujer una bella e ntrigante historia de amor escrita en su viejo diario.
Es la historia de Noa Calhoun y Allie Nelson, dos jóvenes adolescentes de Carolina del Norte que, a pesar de vivir en dos ambientes sociales muy diferentes, se enamoraron profundamente y pasaron juntos un verano inolvidable antes de ser separados, primero por sus padres, y más tarde por la guerra.
El conflicto que se da en la película a simple vista es un problema común y anteriormente visto en muchas otras películas, como, por ejemplo, la célebre Titanic: una joven y bella muchacha, de familia adinerada, y un obrero pobre pero encantador que consigue enamorarla; es ahí cuando la familia de ella se opone a dicha relación, llegando al punto de humillarle estando él presente. Una curiosa escena es la que acontece en la comida familiar, cuyo escenario se ve representado por el blanco de la vestimenta de los ricos frente al pobre Noa, que se distingue frente al resto de los comensales y de la conversación futil de los mismos. Es un guion un tanto explotado pero que, en esta ocasión, tiene un gran peso e incentivo argumental: la gran interpretación de James Garner y Gena Rowlands, veterana pareja y dúo con el que reiremos, lloraremos y nos emocionaremos en su vivencia en la residencia de ancianos.
Es la historia de Noa Calhoun y Allie Nelson, dos jóvenes adolescentes de Carolina del Norte que, a pesar de vivir en dos ambientes sociales muy diferentes, se enamoraron profundamente y pasaron juntos un verano inolvidable antes de ser separados, primero por sus padres, y más tarde por la guerra.
El conflicto que se da en la película a simple vista es un problema común y anteriormente visto en muchas otras películas, como, por ejemplo, la célebre Titanic: una joven y bella muchacha, de familia adinerada, y un obrero pobre pero encantador que consigue enamorarla; es ahí cuando la familia de ella se opone a dicha relación, llegando al punto de humillarle estando él presente. Una curiosa escena es la que acontece en la comida familiar, cuyo escenario se ve representado por el blanco de la vestimenta de los ricos frente al pobre Noa, que se distingue frente al resto de los comensales y de la conversación futil de los mismos. Es un guion un tanto explotado pero que, en esta ocasión, tiene un gran peso e incentivo argumental: la gran interpretación de James Garner y Gena Rowlands, veterana pareja y dúo con el que reiremos, lloraremos y nos emocionaremos en su vivencia en la residencia de ancianos.
-¿Crees que nuestro amor, puede obrar milagros?
-Oh, sí, lo creo, por eso siempre regresas a mi lado.
-¿Crees que nuestro amor nos sacará de aquí juntos?
-Creo que nuestro amor puede hacer todo lo que nos propongamos.
Los problemas no se harían esperar en esta apasionada historia de amor: como ya decimos, sus diferentes condiciones sociales y económicas, o los intransigentes e insufribles padres de Allie, hacen que sus mundos comiencen a tambalearse, llegando al punto de romper su relación y de separar ambos caminos. Allie cumple el deseo impuesto de sus padres de estudiar en la universidad y Noa se alista en el ejército en la Segunda Guerra Mundial. Será desde allí cuando Noa escribe a Allie 365 cartas, una cada día de ese fatídico año, diciéndole que aún la ama y que jamás la podrá olvidar. La cartas llegan a su destino, pero la madre de Allie se las oculta a su hija. Impotencia que, sin duda, traspasa la pantalla.
Desde el vestuario, hasta la escenografía, pasando por la fotografía: todo está cuidadosamente elaborado para transportarnos a una Carolina del Norte de los años 40. El diario de Noa nos da fe de que el amor eterno existe, ese que arrasa con todo lo que encuentra a su paso. La película hace que te pongas en la piel de los protagonistas, sintiéndote igual de vencido que Noa al no tener a Allie, dándonos cuenta de que felicidad no es aquella vida que se nos viene impuesta, haciendo que sientas la indecisión de Allie, entre el corazón y la razón, una indecisión que seguro que todos sentimos en algún momento y que te hace desear que ojalá al envejecer puedas contar algo parecido, con esa persona al lado cogiéndote de la mano.
Sin duda, una de las historias de amor más hermosas reflejadas en la gran pantalla. Un amor eterno, intenso y, a la vez, impotente, que lucha contra ese olvido tan feroz que nos arrebata los recuerdos.
Escrito por Mariela B. Ortega
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