2013 ha (re)descubierto a muchos la figura del escritor y académico Luis Goytisolo (Barcelona, 1935), Premio Nacional de las Letras Españolas y Premio Anagrama de Ensayo por Naturaleza de la novela, el escrito que hoy traemos a colación en nuestro Baúl. Seguramente postergado bajo otras alargadas sombras (y como de costumbre por motivos extraliterarios), Goytisolo, Luis, ha venido ofreciendo una obra tan atrayente como metalingüística (la monumental Antagonía, Anagrama, 2012). Su concepción de “fondo” y “forma”, expuestas en el presente ensayo, lo corroboran.
Pero el autor de Naturaleza de la Novela no entiende el trabajo literario como el arte de enmarañar lo que ya es evidente. Muy al contrario, su discurso se muestra por medio de un lenguaje claro y preciso, comprensible para todos, y su punto de vista no es tanto el del académico como el de un lector “de la calle” que aún tiene algo que decir. De hecho, Luis Goytisolo se ha ganado el derecho a dar su opinión.
Lúcido y clarificador, más que afirmar, Goytisolo confirma la “suerte” de la novela (más que del formato), y su pasada evolución, ilustrada por medio de diversos pasajes, debidamente referenciados al final del texto. Dentro de esa evolución, despuntan ideas casi a cada página, destacando especialmente la atribución a los relatos que conforman el Antiguo Testamento de un aura no menos mítica que la proporcionada por la épica grecolatina, en gozosa definición, distintiva de los textos que componen el Nuevo Testamento.
Aunque parezca cosa sabida, conviene saborear sin prisas Naturaleza de la novela, reencontrarse con su selección de grandes autores clásicos.
Junto a algún dardo acerca de la infantilización del relato (que se ha cebado sobre todo en el género de la fantasía o en la novela histórica), siempre resulta grato recordar los entresijos de la evolución literaria, por vía de la secularización de los textos sagrados, la invención de la imprenta, y la recuperación por parte del Humanismo de la cultura greco-romana.
Otra idea vertebra el ensayo: la asunción de que la evolución de los géneros literarios raramente se desvincula de su entorno social, acertando además de pleno, en lo referente a la caída libre del nivel de exigencia (y por qué no, de auto exigencia). Así, frente a la continua “repetición” de fórmulas tradicionales, se antepone siempre la curiosidad por “saber más”.
Si podemos considerar a un “clásico” como una obra que “te lee”, Naturaleza de la novela, por medio de las ideas expuestas por Goytisolo, y con ayuda de los grandes novelistas que las ilustran, nos recuerda que un lector puede seguir “dialogando” con muchos autores, puesto que (como sucede con el cine), es un error imaginar que como seres que vivimos en un tiempo específico, solo podemos ser “entendidos” por los autores que viven ese mismo momento.
Para Luis Goytisolo, la “ficción” de la novela es una “verdad” que la distingue como género.
Pero el autor de Naturaleza de la Novela no entiende el trabajo literario como el arte de enmarañar lo que ya es evidente. Muy al contrario, su discurso se muestra por medio de un lenguaje claro y preciso, comprensible para todos, y su punto de vista no es tanto el del académico como el de un lector “de la calle” que aún tiene algo que decir. De hecho, Luis Goytisolo se ha ganado el derecho a dar su opinión.
Lúcido y clarificador, más que afirmar, Goytisolo confirma la “suerte” de la novela (más que del formato), y su pasada evolución, ilustrada por medio de diversos pasajes, debidamente referenciados al final del texto. Dentro de esa evolución, despuntan ideas casi a cada página, destacando especialmente la atribución a los relatos que conforman el Antiguo Testamento de un aura no menos mítica que la proporcionada por la épica grecolatina, en gozosa definición, distintiva de los textos que componen el Nuevo Testamento.
Aunque parezca cosa sabida, conviene saborear sin prisas Naturaleza de la novela, reencontrarse con su selección de grandes autores clásicos.
Grabado de John DePol (1913-2004) |
Junto a algún dardo acerca de la infantilización del relato (que se ha cebado sobre todo en el género de la fantasía o en la novela histórica), siempre resulta grato recordar los entresijos de la evolución literaria, por vía de la secularización de los textos sagrados, la invención de la imprenta, y la recuperación por parte del Humanismo de la cultura greco-romana.
Otra idea vertebra el ensayo: la asunción de que la evolución de los géneros literarios raramente se desvincula de su entorno social, acertando además de pleno, en lo referente a la caída libre del nivel de exigencia (y por qué no, de auto exigencia). Así, frente a la continua “repetición” de fórmulas tradicionales, se antepone siempre la curiosidad por “saber más”.
Si podemos considerar a un “clásico” como una obra que “te lee”, Naturaleza de la novela, por medio de las ideas expuestas por Goytisolo, y con ayuda de los grandes novelistas que las ilustran, nos recuerda que un lector puede seguir “dialogando” con muchos autores, puesto que (como sucede con el cine), es un error imaginar que como seres que vivimos en un tiempo específico, solo podemos ser “entendidos” por los autores que viven ese mismo momento.
Para Luis Goytisolo, la “ficción” de la novela es una “verdad” que la distingue como género.
Escrito por Javier C. Aguilera "Patomas"
0 comentarios :
Publicar un comentario
¡Hola! Si te gusta el tema del que estamos hablando en esta entrada, ¡no dudes en comentar! Estamos abiertos a que compartas tu opinión con nosotros :)
Recuerda ser respetuoso y no realizar spam. Lee nuestras políticas para más información.