Hemos compartido varias veces con los seguidores de nuestro Baúl un tipo de música seductora e imaginativa. Lejos de caer en etiquetas (mucho menos en la “meditativa”), y puesto que cada autor, pertenezca a la corriente que pertenezca, no deja de tener un estilo propio -si es un creador genuino-, queremos acercarnos hoy a la figura del suizo Andreas Vollenweider (Zúrich, 1953), un compositor e instrumentista del que puede asegurarse que (también) posee un sonido propio.
A través de su productora Colomba, y con principal distribución de –parece un juego- Columbia (CBS primero y CBS/SONY después), Vollenweider fijó su propia personalidad por medio de un excepcional empleo del arpa eléctrica.
Es en los ochenta y primeros noventa donde se inscribe, a mi parecer, lo mejor de su obra. Como en las artes, muchos de los artistas que la configuran se quintaesencian, tienen su momento de eclosión. Trabajos como el inicial Behind the gardens de 1981 (anoto los títulos principales de forma abreviada, algunos son más extensos), y los posteriores, e imprescindibles, Caverna mágica (1982), White winds (1984, que puede componer un díptico con el anterior), Down to the moon (1986), Dancing with the lion (1989) y Kryptos (1997) -este último con la particularidad de incorporar un conjunto instrumental más amplio-, evidencian el talento de Andreas Vollenweider para proporcionar una música tan fascinante como evocadora, siempre acompañado por un fiel conjunto de músicos, o amigos, como se especifica en los CD’s o vinilos; tales como Pedro Haldeman, Walter Keiser, Christoph Stiefel, Matthias Ziegler, y vocalistas como Eliza Gilkyson o Carly Simon.
De ese modo, el también magnífico Book of roses (1991) supone una amalgama de todo lo anterior, potenciando los aspectos étnicos y melódicos, ofreciendo un todo orgánico de lo más portentoso.
Mención especial merece, así mismo, el trabajo Eolian minstrel (1993), pues aunque Vollenweider ya había experimentado con la voz, como un instrumento más, volátil y sublime, supone un logro notable por presentar un conjunto de canciones, bellamente interpretadas por la cálida voz de Eliza Gilkyson. De una de ellas ofrecemos el correspondiente enlace, junto con otro bello tema instrumental, perteneciente a White winds (1984).
Andreas Vollenweider ofrece una música persuasiva, colorida y descriptiva; reservada pero no impenetrable, “hermética”, pero no críptica. Con ella podemos regresar a los escenarios favoritos de nuestro pasado, sobrevolar los campos al anochecer e introducirnos en frágiles arquitecturas de sonidos. Tal vez incluso dentro de este mismo espacio-tiempo.
Escrito por Javier C. Aguilera "Patomas"
Hola!! Me encanta lo que hacéis y sobre todo el contenido sobre el cual se construye este blog. Así que os nominado al premio Liebster award. Podéis entrar en mi blog http://relatosdelbaul.wordpress.com para ver de qué se trata.
ResponderEliminarSaludos!!