La Celestina, un clásico brillante del Prerrenacimiento español del siglo XV, es atribuida casi en su totalidad al bachiller Fernando de Rojas. La historia de esta aclamada obra se centra en el amor entre dos jóvenes, Calisto y Melibea. El noble mancebo se enamora de la bella doncella, pero, desgraciadamente, su amor no es correspondido y ésta acaba rechazándolo. Es por ello que Calisto, aconsejado por su criado, acude en busca de ayuda a la vieja alcahueta Celestina, una famosa hechicera de la ciudad. A partir de entonces, la obra describe los amores ilícitos entre Calisto y Melibea junto a su trágico final, además de presentarnos al resto de personajes, contrapuestos entre sí y con rasgos novedosos para la época pero actualmente estereotipados.
La Celestina, edición de Cátedra |
Este clásico constituye la única obra de renombre por parte de Fernando de Rojas, un autor del que conocemos realmente poco. Se trató del primer escritor que creó el término «tragicomedia», pues era complicado encajar a La Celestina en un género literario concreto, ya que en ella se entremezcla la tragedia y la comedia, siendo también muy difícil reducir su estructura a un esquema simplista que ayude a su representación teatral. Además, tuvo tanto éxito que, gracias a él, nació el género celestinesco, debido a que el centro de la obra se sitúa en la alcahueta Celestina.
Un hecho a destacar de La Celestina es el gran número de ediciones existentes en sus primeros años, además de que la obra llega a ampliarse de 16 a 21 actos, con diferentes teorías sobre la existencia de ediciones anteriores o posteriores a su fecha oficial. Existen dos versiones principales de la obra, la denominada Comedia, que cuenta con 16 actos, y Tragicomedia, formada por 21. Además, a La Celestina se la empezó a conocer con dicho título a partir del siglo XVI, ya que primero se la tituló como Comedia de Calisto y Melibea y, tiempo después, como Tragicomedia de Calisto y Melibea.
Otro hecho novedoso lo constituyen el carácter del resto de personajes, en especial la personalidad de los siervos. Pármeno y Sempronio marcan un detalle curioso en la obra: el trato que existe entre amo y siervo. No es la relación tradicional que podemos imaginar y que se había observado en obras anteriores; los criados no son sumisos y complacientes, sino que no dudan en enfrentarse a sus superiores. Son dos personas interesadas, ávaras y egoístas, deseosos de poder y siempre dispuestos para aprovecharse de su amo y conseguir aquello que ansían.
Aparentemente, la historia puede parecer algo simple por su trama y su contexto, que podrían parecer lineales, pero adentrándonos en ella podremos analizar la complejidad y la ambigüedad de su argumento; ya no sólo por girar en torno al amor, sino por el estilo empleado, el lenguaje tradicional de la época y los diálogos tan extensos. Características que dificultan, como anteriormente destacamos, su interpretación como una obra teatral.
Una de las últimas versiones de la obra llevada a cabo en teatro desde 2011, protagonizada por Gemma Cuervo. |
En el comienzo de La Celestina, el tema del amor parece ser el eje fundamental de la obra, pero, posteriormente, ese amor puro se transforma un amor trágico, un amor combinado con muerte, dolor y drama. En apenas dos noches, se desarrolla el amor de ambos jóvenes y, a su vez, la muerte les ronda, partiendo del asesinato de Celestina. Posteriormente, otros acontecimientos dolorosos sucederán al final de la obra, con la muerte de Calisto, el suicidio de Melibea y las muertes colectivas de los criados a manos de la justicia. En definitiva, en la obra se va sucediendo en un breve espacio temporal toda una cadena de muertes trágicas.
Sin embargo, el personaje más relevante será Celestina, quien va cobrando protagonismo a medida que la obra avanza. Es un personaje cargado de ironía, cínica y que vive de los bajos fondos de la sociedad. Lo único que busca es sobrevivir en su ambiente de crueldad, sin importarle los límites sociales que con ello tenga que cruzar. Además, la alcahueta ama su oficio a pesar del mal que acarrea a los demás, sin importarle los métodos que tenga que emplear para lograr sus objetivos. Sin duda, para ella, el fin justifica los medios.
Adaptación cinematográfica española de la obra, de 1996 |
La Celestina, además, ha tenido varias adaptaciones cinematográficas. La última y más conocida, de título homónimo, fue protagonizada por Penélope Cruz (Melibea), Juan Diego Botto (Calisto) y Terele Pávez (Celestina). Dirigida por Gerardo Vera en el año 1996, el film suma drama y tragicomedia al igual que la obra original, y, también, el argumento, la ubicación temporal y el texto son respetados cuidadosamente.
Así pues, nos encontramos con una de las obras más importantes e influyentes dentro de la literatura española de todos los tiempos, con una perfección en el lenguaje empleado, un gran realismo y una acertada estructura tanto estética como dramática. Aunque ya el papel de alcahueta tuviera su predecesor, por ejemplo, en el Libro de Buen Amor (Arcipreste de Hita), con el personaje Trotaconventos, otros autores posteriores imitaron e introdujeron características similares a las de La Celestina. Por todo ello, y por las distintas maneras de entender la vida, el amor o el dinero que la obra nos trasmite como adelanto del renacimiento cultural tras las obras medievales, hacen de ella una lectura amena, entretenida y totalmente recomendable.
Escrito por Mariela B. Ortega
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