I can't see anything,
see anything but you.
There could be some many others,
but I can't see anything but you.
Siguiendo con lo anunciado en nuestra anterior entrada de la sección Música Inolvidable, presentamos hoy los otros dos trabajos compuestos enteramente por Bee Gees para otros artistas. El primero de ellos es Heartbreaker (Arista, 1982) cantado, nada menos que por Dionne Warwick, auténtica dama del soul y el pop, tía de la malograda Whitney Houston, además de embajadora de Buena Voluntad por la Organización de las Naciones Unidas. Warwick ya había trabajado con nombres imprescindibles de la música como el también desaparecido Hal David, Burt Bacharach o Johnny Mathis, y aún lo haría con Luther Vandross, Gladys Knight, Elton John o Stevie Wonder (con este último por ejemplo, en la celebrada banda sonora The woman in red, 1984).
Take the short way home,
you can take care of your health.
In this world of evil
I can't keep you to myself
El disco Heartbreaker es pura magia, todas las piezas encajan a la perfección formando un “todo”, y el ramillete de temas (diez en total) resulta inolvidable, pues son temas arreglados con gusto, retentivos y pegadizos (eso que parece molestar a algunos, a aquellos que piensan que la música no ha de ser popular, ya que solo la música seria, difícil, está bendecida por la musas- será por las musarañas). Temas en definitiva, que demuestran -como en el siguiente trabajo que veremos-, que los Bee Gees (y concretamente Barry Gibb), se encontraban en un admirable estado creativo. Este trabajo es la prueba fehaciente de que en un LP todas las canciones eran importantes, y no solo el éxito de turno acompañado con relleno.
And we never to be letting go,
You got to learn to be lonely to find what you’re living for,
Making love on a midsummer night,
I love those midsummer nights.
Kenny Rogers, Houston, Texas, 1938, era el cuarto hijo de una familia de siete, de padre carpintero (Edward) y madre enfermera (Lucille). Comenzó a cantar a los veinte años imitando a sus ídolos (entre sus preferencias de siempre estaban Chuck Berry o Nat King Cole). Pero hay un año clave en la carrera artística de Kenny Rogers: 1977. Ese año, logró al fin un éxito resonante, nunca mejor dicho, con el tema Lucille (recordemos, nombre de su madre), y a partir de ahí, su voz se sumó a la de otras grandes estrellas del country como Willie Nelson o John Denver (por citar dos de los más representativos).
Kenny, Dolly y Barry |
My love we'll never be found
If you believe
we got eyes that see in the dark…
A estas alturas, Rogers es un artista más que consagrado de la música country y pop. Su asociación a grandes cantantes como Dolly Parton y Dottie West ha legado títulos imborrables en la historia de la música (ya que no hablamos solo de géneros, sino de música en general). Y para hacer justicia a los trabajos comentados, insisto en lo que decía en la entrada anterior, se deben escuchar los álbumes íntegros.
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