Detrás de las diferencias, de las culturas, detrás de las sociedades, lo que hay son personas, personas que viven y sienten igual unas y otras. Para hoy hemos querido hacer una selección de cortometrajes que nos hablan de personas distintas, de condiciones impuestas por la naturaleza que, sin embargo, no les deben cerrar las puertas a vivir como cualquier otra persona: a soñar, a amar, a disfrutar, en definitiva, de cada minuto.
Corto:
The Butterfly Circus (El circo de las mariposas)
Dirigido por Joshua Weigel
Comentario:
Una época de crisis sirve de fondo a este cortometraje, que nos lleva precisamente a la Gran Depresión estadounidense de los años 30. Justamente en esos tristes años, la crisis también afecta a los valores de una sociedad que se deja llevar hacia los espectáculos más grotescos sin miramiento hacia la humanidad. El primer circo abre sus puertas a lo estrafalario y a lo inhumano, mientras que el mago y líder del Circo de las Mariposas, Mendez (Eduardo Verastegui), pasea con cautela y se encuentra con un hombre maravilloso, nacido sin extremidades, Will (Nick Vujicic). Comienza la aventura y el desafío.
El punto de inflexión del cortometraje lo marca el diálogo entre Mendez y Will al observar un espectáculo que el circo ofrece de manera gratuita a un grupo de personas afectadas por la crisis antes mencionada. En ese momento, Mendez le ofrece las claves a Will: su discapacidad no está en su cuerpo, está en su mente. Ha dejado que otros le digan lo que es y lo ha aceptado, sin intentar nada distinto. En definitiva, ha permitido que los otros lo conviertan en un monstruo de feria y, peor aún, lo ha asimilado como si fuera cierto. A partir de ahí, Will, como el proceso de metamorfosis de la mariposa que acompaña al metraje, cambia, evoluciona y se convierte en un ejemplo de superación para otros.
Todo ello rodado con delicadeza y belleza, empleando además el blanco y el negro para representar los flashbacks de los personajes en sus peores épocas y el juego de luces para crear escenas de una gran naturalidad, como el momento en que el circo se sumerge entre las casas pobres. La música, de Timothy Williams, potencia la sensibilidad que transmite este cortometraje tanto por su forma como por el mensaje, de superación, esperanza y cambio, que transmite.
Corto:
Cupidity: Kismet Diner
Dirigido por los David Alberts y Peter Souter.
Comentario:
Un tierno cortometraje que centra su atención en la camarera del Kismet Diner, Laura, que se siente atraída por un cliente, justo al único al que su bonita voz no parece alcanzar. La razón es sencilla, aunque ella lo desconozca: es sordo. Para alcanzar su meta, Laura decide aprender la lengua de signos y crea un puente entre ella y la persona a la que quiere, inalcanzable para ella desde su preciosa voz.
Con este cortometraje, podemos reflexionar acerca de la necesidad de alcanzar una comunicación adecuada para la persona indicada, pero también cuánto hay que luchar todavía por lograr una mayor integración e igualdad, tal y como hace Laura cuando aprende la lengua de signos. La historia de amor sirve para reflejar una carencia de nuestra sociedad, sobre la que deberíamos reflexionar. Es un buen cortometraje para comenzar a hacerlo, filmado de manera sencilla, pero efectiva, con buen uso de las luces y, sobre todo, de la música.
Aparte de lo anterior, podemos recomendar desde aquí un reciente spot de Samsung que, publicidad aparte, se centra en la cuestión de la lengua de signos y en la importancia de la comunicación.
El punto de inflexión del cortometraje lo marca el diálogo entre Mendez y Will al observar un espectáculo que el circo ofrece de manera gratuita a un grupo de personas afectadas por la crisis antes mencionada. En ese momento, Mendez le ofrece las claves a Will: su discapacidad no está en su cuerpo, está en su mente. Ha dejado que otros le digan lo que es y lo ha aceptado, sin intentar nada distinto. En definitiva, ha permitido que los otros lo conviertan en un monstruo de feria y, peor aún, lo ha asimilado como si fuera cierto. A partir de ahí, Will, como el proceso de metamorfosis de la mariposa que acompaña al metraje, cambia, evoluciona y se convierte en un ejemplo de superación para otros.
Nick Vujicic |
Corto:
Cupidity: Kismet Diner
Dirigido por los David Alberts y Peter Souter.
Comentario:
Un tierno cortometraje que centra su atención en la camarera del Kismet Diner, Laura, que se siente atraída por un cliente, justo al único al que su bonita voz no parece alcanzar. La razón es sencilla, aunque ella lo desconozca: es sordo. Para alcanzar su meta, Laura decide aprender la lengua de signos y crea un puente entre ella y la persona a la que quiere, inalcanzable para ella desde su preciosa voz.
Con este cortometraje, podemos reflexionar acerca de la necesidad de alcanzar una comunicación adecuada para la persona indicada, pero también cuánto hay que luchar todavía por lograr una mayor integración e igualdad, tal y como hace Laura cuando aprende la lengua de signos. La historia de amor sirve para reflejar una carencia de nuestra sociedad, sobre la que deberíamos reflexionar. Es un buen cortometraje para comenzar a hacerlo, filmado de manera sencilla, pero efectiva, con buen uso de las luces y, sobre todo, de la música.
Aparte de lo anterior, podemos recomendar desde aquí un reciente spot de Samsung que, publicidad aparte, se centra en la cuestión de la lengua de signos y en la importancia de la comunicación.
Corto:
Eu não quero voltar sozinho (No quiero volver solito)
Dirigido y escrito por Daniel Ribeiro.
Comentario:
Se unen en este cortometraje dos cuestiones interesantes: la convivencia con la ceguera y el amor homosexual. La reflexión que se plantea a través de los ojos que no ven de Leonardo (Ghilherme Lobo) nos permite, en primer lugar, profundizar en la vida de un invidente, incluyendo los lazos que crea con su alrededor, como sucede en el instituto, como, en segundo lugar, pensar en lo que sienten las personas más allá de la atracción física.
Aunque con una tonalidad apagada y algo grisácea en la fotografía, el cortometraje propone un tratamiento de la historia de forma divertida: tres adolescentes, Leonardo, Gabriel (Fabio Audi) y Giovana (Tess Amorim), que estudian, juegan y se divierten juntos, y todo ello sin que importe que uno de ellos no pueda ver o que el amor surja entre ellos. A través de una trama sencilla y con humor, el cortometraje nos acerca a un ambiente donde la ceguera no resulta extraña, sino que se acepta y se vive con normalidad, como debiera ser. Porque Leonardo, a pesar de no ver, siente, duda, ríe y ama igual que los demás
Escrito por Luis J. del Castillo
Aunque con una tonalidad apagada y algo grisácea en la fotografía, el cortometraje propone un tratamiento de la historia de forma divertida: tres adolescentes, Leonardo, Gabriel (Fabio Audi) y Giovana (Tess Amorim), que estudian, juegan y se divierten juntos, y todo ello sin que importe que uno de ellos no pueda ver o que el amor surja entre ellos. A través de una trama sencilla y con humor, el cortometraje nos acerca a un ambiente donde la ceguera no resulta extraña, sino que se acepta y se vive con normalidad, como debiera ser. Porque Leonardo, a pesar de no ver, siente, duda, ríe y ama igual que los demás
Escrito por Luis J. del Castillo
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