«Desde muy pequeño me convertí en un maestro en el arte de escuchar, puesto que yo no podía contarle a nadie nada de lo que sentía. Si es verdad que la infancia es la patria de cada uno, yo soñé desde muy pequeño con el exilio»
La vida iba en serio nos presenta, de manera autobiográfica, a un Jorge Javier Vázquez muy alejado de la perspectiva que muestra frecuentemente en televisión. Natural de Badalona, trabajó durante un tiempo en la conocida revista de adolescentes Super Pop, y como redactor en la revista Pronto, la más vendida de España. No sería hasta 1997 cuando conseguiría un hueco en nuestras pantallas de la mano de Rosa Villacastín y Ana Rosa Quintana en el programa Extra Rosa, de Antena 3.
A partir de ahí, su carrera profesional ascendió de forma vertiginosa, siendo presentador de programas tan famosos y, a su vez, criticados como Aquí hay tomate, Hormigas Blancas o Sálvame, todos ellos en Telecinco.
Desde abril de 2012 conduce el programa Hay una cosa que te quiero decir, un emotivo programa de reencuentros e historias en el que el presentador nos muestra una faceta más profesional y sutil a la habitual, alejado de asuntos de la prensa rosa.
A partir de ahí, su carrera profesional ascendió de forma vertiginosa, siendo presentador de programas tan famosos y, a su vez, criticados como Aquí hay tomate, Hormigas Blancas o Sálvame, todos ellos en Telecinco.
Desde abril de 2012 conduce el programa Hay una cosa que te quiero decir, un emotivo programa de reencuentros e historias en el que el presentador nos muestra una faceta más profesional y sutil a la habitual, alejado de asuntos de la prensa rosa.
En esta historia nos situaremos en un Madrid de mediados de la década de los noventa. Jorge, un joven de 25 años, será protagonista del sueño que cualquier estudiante universitario anhela: un trabajo estable, una vida independiente y un sinfín de dichas y desventuras en una ciudad tan carismática como la capital, que aún daba los últimos coletazos de su mítica movida de los ochenta. Pero todo cambio no siempre es fácil, y es por eso que debe dejar a un lado su anterior vida: su barrio de San Roque, su familia y una historia interior cargada de miedos, desilusiones y preguntas sin respuesta.
Jorge da rienda suelta a sus vivencias y recuerdos sentado en un banco de una plaza madrileña, sin atreverse a abrir todavía la puerta de su piso alquilado, con miedo a empezar una nueva vida por no haber cerrado aún heridas del pasado. Pero poco tardaría en enfrentarse a esa nueva etapa. Su trabajo como periodista le abrirá puertas tan importantes como la de su nuevo hogar; le dará la oportunidad de sentirse libre en una ciudad que sentirá como propia; conocerá a personajes famosos, periodistas y, lo más importante, amigos para toda la vida que le brindarán la confianza para ser él mismo por primera vez y desprenderse de tapujos y vergüenzas, sobre todo respecto a un hecho que ha intentado ocultar desde su adolescencia: su homosexualidad.
Aunque en la novela hay un narrador protagonista, el propio Jorge Javier, en algunos capítulos será la voz de su padre o su madre los encargados de contar su propia visión de la historia. Sin duda, constituyen las partes claves del libro, cargados de sentimiento, espontaneidad y costumbrismo propios de unos padres sinceros y humildes. También, hay que destacar las partes dedicadas a sus padres a través del propio protagonista, quien, con delicadeza y en tono contenido, es capaz de emocionar, de transmitir ese sufrimiento del pasado y de aportar dramatismo, todo ello sin llegar a ser irritante. Por otra parte, el autor se ayudará de numerosos flashbacks para explicar cada sentimiento o suceso de la actualidad con lo vivido en su juventud, algo que para el lector quizás se trate de la unión de muchos episodios inconexos que hasta el final no encajan entre sí. En ellos encontraremos sátira y muchísimos toques de humor ácido y picante, como ya en televisión ha demostrado en numerosas ocasiones. Coloquialismos mezclados con expresiones cultas (o, a veces, malsonantes) harán que el estilo de la novela sufra continuos altibajos.
Vista panorámica de Badalona, ciudad natal de J.J. Vázquez
Para adentrarse completamente en la historia y dejarse llevar por ella, debemos dejar al margen el personaje mediático y televisivo que envuelve al presentador y autor de esta novela. Aunque nos sea reacio su comportamiento, es cierto que su libro está dando bastante de qué hablar, además de ser todo un fenómeno de ventas en los últimos meses y un destacado dentro de la actualidad literaria. Veremos que tras el espectáculo se esconde una persona con sus virtudes y defectos, y que, pese a toda la suerte que le ha acompañado, su vida no ha sido tan fácil como aparenta.
«Porque mis miedos me los he comido solo, tumbado en mi habitación escuchando música o leyendo, leyendo sin parar todo lo que caía en mis manos»
Jorge Javier junto a su madre |
Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.
Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.
Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.
No volveré a ser joven, de Jaime Gil de Biedma
La vida iba en serio completa un círculo desde su inicio hasta su fin. La novela termina exactamente igual que empieza, cerrando perfectamente la trama del relato. Sin embargo, comprobaremos que el significado de una misma situación es totalmente distinto dependiendo del momento y las circunstancias que a nuestro alrededor tengamos, dando lugar así a un final esperanzador y de superación.
Evidentemente, La vida iba en serio no es una obra maestra de la literatura, pero sí es una novela acertada y digna dentro del panorama actual, considerando además que se trata de la primera obra de un autor novel. Sin duda, podríamos resumirla como divertida, emotiva y muy explícita.
Por otra parte, el principal problema que se le puede presentar a su autor es que, debido a su polémica trayectoria televisiva como ya hemos destacado, le será difícil atraer a diverso público y, más aún, ser valorado exclusivamente como escritor, algo que podría ir en su contra si decide continuar en este ámbito. Por eso, es recomendable leerla sin ningún tipo de prejuicios, para poder así opinar y catalogarla apropiadamente.
Por otra parte, el principal problema que se le puede presentar a su autor es que, debido a su polémica trayectoria televisiva como ya hemos destacado, le será difícil atraer a diverso público y, más aún, ser valorado exclusivamente como escritor, algo que podría ir en su contra si decide continuar en este ámbito. Por eso, es recomendable leerla sin ningún tipo de prejuicios, para poder así opinar y catalogarla apropiadamente.
En resumen, la primera novela de Jorge Javier Vázquez ha sido un fenómeno social, comprensible gracias a la expectación generada y a la incesante campaña televisiva que le rodea.
Pero en dicha historia se esconde algo más, la historia de un joven que empezó humildemente a ganarse la vida y a saber disfrutar al máximo de ella. La historia de cómo saborear la libertad de la independencia sin olvidarse de los seres más queridos. Un canto a la nostalgia, al amor incondicional y a los sentimientos de culpabilidad tras una vida de silencios entre un padre y un hijo.
Pero en dicha historia se esconde algo más, la historia de un joven que empezó humildemente a ganarse la vida y a saber disfrutar al máximo de ella. La historia de cómo saborear la libertad de la independencia sin olvidarse de los seres más queridos. Un canto a la nostalgia, al amor incondicional y a los sentimientos de culpabilidad tras una vida de silencios entre un padre y un hijo.
Escrito por Mariela B. Ortega
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