Un día Jared llegó para cambiarlo todo. Él era un invisible, una de esas personas expulsadas de la sociedad y condenadas a ser ignoradas por los que siguen siendo visibles. Su suerte cambiará cuando una anciana, Dolores, se apiade de él y comience una nueva vida, pero sin perder su condición de sin techo, siendo un hombre que lo único que no perderá será su dignidad, la misma que le impide aceptar que está enamorado de Nuria, la nieta de Dolores, al igual que le impedirá ver todo el despliegue de la joven para conseguir su objetivo: caer en los brazos de la pasión.
Esta es la historia que conforma esta novela de romance erótico escrita por Noelia Amarillo, autora madrileña que despliega su arte en romances eróticos, en escribir algún que otro relato y en mantener una vida normal junto a su marido y sus hijas. En este campo ha resultado ganadora y finalista de varios premios, precisamente Quédate a mi lado es la ganadora del Premio Rincón Romántico 2011 al Mejor Romance Erótico y también Premio Colmmio Colmillo de Oro a la Mejor Novela Erótica de 2011; lo que nos puede llevar a pensar que en este género está ganando cierta popularidad. Podéis encontrarla en su página web o en el blog donde expone sus relatos.
Noelia Amarillo |
Personalmente, este género no me ha atraído y es el primer libro en el que me acerco al mismo -si exceptuamos algunos clásicos literarios que podría catalogarse en algunos fragmentos como romance erótico de época-. Sin duda, debo destacar el trabajo que la autora realiza en la descripción de la sociedad, concretamente, del mundo de los vagabundos o sin techo, en este caso en la piel del protagonista, Jared, quien intenta mantener su dignidad después de los infortunios que lo han llevado a vivir en la calle. La novela comienza, acertadamente, desde el punto de vista de la sociedad, los ojos de Nuria, la otra protagonista de nuestra historia y futuro amor de Jared, una obviedad en una novela de este género. El rechazo y el miedo es lo que se refleja aquí, en contradicción con la bondad con la que Dolores, la anciana abuela de Nuria, atenderá al joven vagabundo, ofreciéndole algo que nadie había hecho hasta entonces: una segunda oportunidad.
Cuando nos situamos en la piel de Jared, sentiremos la visión de quienes no son vistos por la sociedad. Realiza sin duda un gran trabajo en describir su día a día, en enseñarnos la ilusión que el hombre tiene por ser aceptado, y en la dignidad, de importancia capital para el protagonista. Él, como cualquier persona enamorada, piensa en darle lo mejor a Nuria, pero siente, a la vez, que bajo su condición social sería imposible. En este sentido, bien podría recordar a otras obras donde los enamorados se han situado en escalafones diferentes, pero jugamos en una liga diferente: ninguno de los dos es rico, sino que uno es completamente pobre. Pero ello no le hace perder las grandes cualidades que cualquier príncipe azul necesita, salpimentadas con la humildad y, en ocasiones excesivo, retraimiento de su situación.
Casa de baños de Embajadores, en Madrid, un escenario de la novela |
Junto a la descripción de esta situación, podemos hallar también que el escenario, un barrio de las afueras de Madrid, de gente trabajadora y humilde, nos entrega un cuadro que Noelia Amarillo sabe apreciar bien, invadiendo las páginas de los retratos de quienes componen este barrio y de cómo funciona uno. Nos recuerda al vivir de los pueblos y logra transmitir esa misma sensación a su lector. Por otra parte, cabe destacar la denuncia ecológica que la autora entremete en la aventura de Jared, donde se aprovecha para hablar del descongelamiento de los polos y el futuro terrorífico de muchas especies, que podrían estar condenadas a la extinción.
Polo norte |
Estos tres puntos son, a mi parecer, los ejes que dan calidad a la obra. Lo cual resulta curioso en una novela romántica, donde la relación entre Nuria y Jared avanza de forma subterránea, ahogada por una trama que en ocasiones no avanza hacia ninguna parte, pero que es una perfecta escena descrita con cuidado y mimo, con unos personajes carismáticos que te recordarán a personas que conoces, y con una historia de amor. Son, precisamente, los cambios en la relación amorosa los que provocan giros en la obra, algunos un tanto surrealistas
Y como cabía esperar de una novela de este género, hay escenas de sexo perfectamente detalladas, incluso pudiendo resultar grotescas o muy encendidas, y con un despliegue de vocabulario que intenta no repetirse. Desde el principio habrá cierta mención a la virilidad de Jared, hasta culminar, por la mitad de la obra, en la primera escena de sexo con Nuria, donde no será el hombre, en este caso, quien tienda la trampa, sino la mujer.
El beso, escultura del francés Rodin |
Del final no podríamos destacar mucho, la novela juega con los límites del erotismo positivo, y el título de la novela lo dicta todo. Pero resulta rescatable por ser diferente a lo que podríamos encontrar en una novela romántica al uso. Quizás porque el romance pasa más desapercibido hasta la mitad de la novela o porque otros temas captarán mejor la atención del lector. Lástima que, después de todo, la obra sólo avance hacia la perfección de un amor que parte del sexo salvaje en el suelo de un salón, dejando en el camino historias en las que se podrían haber profundizado.
Escrito por Luis J. del Castillo
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