Hace poco escribía un comentario en una de las llamadas redes sociales comentando que la obra El mundo de ayer (1942) del escritor austriaco Stefan Zweig, me parecía uno de los libros más maravillosos y mejor escritos que he leído. He leído muchos libros buenos, pero la impresión que me produjo la lectura de este aún perdura. De hecho comentaba que debería ser una lectura obligatoria en los colegios. Stefan Zweig no solo era un escritor humano y didáctico sin resultar moralista, es que además escribía condenadamente bien. Este año se cumplen setenta años de su desaparición, así que me ha parecido oportuno acercar o recordar su figura al lector curioso de nuestro Baúl.
Destaca en primer lugar en Stefan Zweig, como doctor en Filosofía por la Universidad de Viena, la hondura psicológica que siempre supo otorgar a sus personajes. Buena muestra de ello son otras novelas (cortas) suyas como Veinticuatro horas en la vida de una mujer o Carta de una desconocida (llevada al cine por Max Ophüls en 1948, con los excelentes resultados que todos sabemos), además de una importante lista de trabajos biográficos entre los que cabe destacar, los dedicados a dos célebres Marías, Estuardo y Antonieta (obra esta también adaptada al cine en 1938 por el director de San Francisco [1936], W. S. Van Dyke, y una traslación de la que guardo un excelente recuerdo), o al estudio de otros autores como Dostoievski, al que Zweig admiraba profundamente.
Stefan Zweig |
Cuando el ambiente en Alemania empezó a recrudecerse, Stefan Zweig, como judío contrario a las doctrinas nacionalistas, encontró muchas dificultades para poder seguir trabajando. El propio Richard Strauss se negó ante las nuevas autoridades a eliminar el nombre de Zweig del libreto de su última ópera, La mujer silenciosa (Die schweigsame frau) y la obra acabó prohibiéndose, al igual que el resto de los trabajos del escritor, en 1936. Tras huir de la Alemania nazi, Zweig entabló amistad con otras celebridades, como Albert Einstein (también exiliado), Arturo Toscanini o Rainer Maria Rilke. Finalmente, Inglaterra le concedió la ciudadanía y Zweig se dedicó a viajar dando conferencias por EEUU, República Dominicana, Paraguay y otros lugares de hispanoamérica.
La Alemana nazi bajo el poder de Hitler era el gran temor de Zweig |
En el relato siguiente, En la nieve, una comunidad judía padece bajo una tormenta de nieve en su huida de un ejercito hostil (los flagelantes) cerca de la frontera con Polonia, si bien, el futuro se muestra esperanzador por mano, no del hombre, sino de la propia naturaleza.
En La institutriz, Zweig emplea como telón de fondo el embarazo y posterior desaparición de una educadora en una casa acomodada, para hablarnos del paso de la infancia a una primera madurez de las dos jóvenes hermanas atendidas por la muchacha. Un encontronazo con el mundo de los adultos, o brusco enfrentamiento con la realidad, en el que los prejuicios son determinantes, pero en el que también cabe la posibilidad de rechazar y despreciar dicho mundo adulto. En Una novelita de verano, un joven y un hombre maduro coinciden durante sus vacaciones de estío en una costa de Italia. Este último narrará al joven una vivencia de carácter amoroso, acontecida en el mismo lugar el pasado año. La similitud del amor adulto y el de la juventud, y su idéntico temor al ridículo, son los elementos con los que se teje el relato, enriquecido con otras ideas sobre el curso de la vida.
Noche fantástica, el relato que da título a esta recopilación, nos presenta a un joven aristócrata imbuido en el mundo de las clases sociales más altas; por tanto, un mundo de apariencias, adormecido por su propia existencia, que finalmente dejará plasmado en papel lo que él llama el “milagro de su renacimiento”, su creciente interés por las cosas que realmente importan y por las cuales vuelve a sentirse vivo, comprendiendo y apreciando su lugar en el mundo. A dicha transformación le ayudan dos episodios transcurridos en un mismo día: una visita al hipódromo y un paseo por la feria del Práter, donde frente al miedo de la soledad, emerge la esperanza al ser requerido por alguien, aunque pertenezca a la llamada mala vida.
Finalmente, en El pago de la deuda atrasada, una mujer adulta escribe a su amiga de la infancia, contándole desde su retiro vacacional, cómo ha reencontrado a su antiguo amor, un atractivo actor de teatro al que devuelve parte de su dignidad perdida.
El 22 del 2 del 42, estando de visita en Brasil, y ante la creencia de que los nazis ganarían la guerra y finalmente conquistarían todo el globo, Zweig decidió poner fin a su vida junto a su esposa Lotte de mutuo acuerdo, consciente de que el mundo que había conocido, en efecto había desaparecido.
Pese a todo es evidente que autores como él no han muerto. Están vivos por modernidad, porque siempre serán recordados a través de sus maravillosas obras, y por una mera cuestión metalingüística, en cuanto un lector avispado abre un libro suyo. Esa batalla, Stefan Zweig la ganó de por vida.
Escrito por Javier C. Aguilera
El 22 del 2 del 42, estando de visita en Brasil, y ante la creencia de que los nazis ganarían la guerra y finalmente conquistarían todo el globo, Zweig decidió poner fin a su vida junto a su esposa Lotte de mutuo acuerdo, consciente de que el mundo que había conocido, en efecto había desaparecido.
Pese a todo es evidente que autores como él no han muerto. Están vivos por modernidad, porque siempre serán recordados a través de sus maravillosas obras, y por una mera cuestión metalingüística, en cuanto un lector avispado abre un libro suyo. Esa batalla, Stefan Zweig la ganó de por vida.
Escrito por Javier C. Aguilera
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