Uno de los grandes compositores de los últimos tiempos, Michael Nyman (1944-), es un referente en el panorama musical internacional. Sin haber alcanzado el lugar ni la relevancia de otros artistas como Philip Glass, ni haber ejercido la influencia de otros compositores como John Williams o Hans Zimmer, cuyas bandas sonoras han marcado himnos en la historia del cine, Nyman ha sabido abrirse camino allá donde su música ha sonado y ha logrado emocionar a varias generaciones con sus composiciones musicales, sobre todo aquellas destinadas al mundo del cine.
Pero su amplia trayectoria no sólo está ligada a la banda sonora: óperas, trabajos experimentales, conciertos y cuartetos de cuerda son sólo una muestra de todo lo que Nyman ha compuesto a lo largo de su carrera, todo con un minimalista sello personal que allá donde va logra convertir en éxito.
Michael Nyman, también conocido bajo el pseudónimo John Savill, nació en 1944 en Stratford (Londres) en el seno de una familia de clase obrera. Estudió música en la Real Academia de Música y en el King's College, quedando plenamente influenciado por su maestro Thurston Dart, experto en música barroca, quien fue el que moldearía su hacer componiendo y el que establecería una línea de separación entre su figura y tantos otros que enriquecieron su estilo. Nyman se ha inspirado frecuentemente en música antigua para sus composiciones, por ejemplo, en los largometrajes de Peter Greenaway; es el caso de Henry Purcell en El contrato del dibujante y El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante; Heinrich Ignaz Franz von Biber en Zoo; Mozart en Conspiración de mujeres y John Dowland en Prospero's Books.
Catalogado dentro del género minimalista, fue el propio Nyman el que se clasificó dentro de esta corriente. El compositor es reconocido por haber adaptado el término minimalismo a la música (término que se venía aplicando hasta ese entonces a otras formas de arte), señalado en una reseña sobre el compositor inglés Cornelius Cardew en The Spectator, periódico británico en el que trabajaba Nyman como crítico musical. También escribió en 1974 un trabajo seminal sobre música experimental, titulado Experimental Music: Cage and Beyond, que exploraba la influencia de John Cage en los compositores de música clásica europea. Dos años después, publicó su primer trabajo discográfico de la mano del productor Brian Eno, que contenía dos temas de aproximadamente media hora cada uno, llevando al máximo la experimentación y búsqueda de nuevas formas musicales.
Muchas de las obras de Nyman han sido escritas para su propio conjunto, la Michael Nyman Band, creado en 1976 para una producción de Carlo Goldoni titulada Il Campiello. Cinco años después lanza su segundo trabajo, en el cual encontramos piezas que se convertirían en clásicos, como In Re Don Giovanni o Bird List Song.
En 1982 lanza The Draughtsman's Contract, su primera gran banda sonora y, para muchos, de las mejores de su carrera. Cuenta con temas brillantes entre los que sobresale Chasing sheeps is best left to sheperds, que ya es un clásico de su repertorio, y que muchos recordaremos por haber sido utilizado en un anuncio de Telefónica (Actual Movistar).
1991 se convierte en un año importante para Michael Nyman. En él, se editan sus tres primeros cuartetos de cuerda y una colección de canciones para Ute Lemper. También, y especialmente relevante, es la salida a la luz lo que sería su última colaboración con Peter Greenaway, Prospero's Books; sin duda, la banda sonora más completa que Nyman había escrito hasta la fecha. Consta de cinco canciones, ocho piezas instrumentales, entre ellas el clásico Miranda, el Prospero’s Magic o The Masque, una composición de doce minutos de estilo barroco y que constituye un espectacular cierre para este álbum.
No sería hasta 1993 cuando su popularidad se dispararía gracias a la banda sonora de la película The Piano, de Jane Campion. Para muchos, la mejor y la más importante composición del artista. La emisión por televisión de una actuación de Nyman interpretando a piano dicho tema disparó la popularidad de la película, del disco y del compositor hasta límites insospechados, convirtiéndose en un éxito de proporciones sorprendentes, sobre todo si tenemos en cuenta que la banda sonora minimaliza melodías del folclore escocés, como es el caso del tema The heart asks pleasure first, versionada para la ocasión a lo largo de toda la película.
Dos años más tarde del éxito de The Piano, Nyman nos sorprende poniendo música a una película japonesa de dibujos animados, El Diario de Ana Frank (Anne no nikki, Akinori Nagaoka, 1995). Se trata de una composición contenida en emoción, ya que la película en sí transmite una sensibilidad desbordante, e interpretada casi en su totalidad a piano, utilizando una mínima selección orquestal para los momentos más impactantes y dramáticos del film. De esta banda sonora destacan dos canciones, If y Why, interpretadas por Hilary Summers, que hacen que se trate de un interesante y peculiar álbum dentro de la animación japonesa.
Como noticia reciente acerca del compositor, el 21 de este mes de octubre, Nyman presentará por primera vez en nuestro país la película Nyman with a movie camera y la pieza de videoarte Cine Opera, en la I edición de Artingroup de la ciudad de Valencia, que se celebrará en el Palacio de Congresos de la ciudad.
Una entrada genial! Maravilloso Nyman.
ResponderEliminarxxx
Michael Nyman es, francamente, muy bueno Un verdadero placer
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