Animando desde Oriente (XX): Nausicaä del Valle del Viento, de Hayao Miyazaki

31 mayo, 2021

| | |
Desconocemos cómo será el futuro de la humanidad. Pero no nos faltan visiones apocalípticas sobre cómo el mundo se desarrollará según aumente la contaminación y disminuyan los recursos básicos. En ese ambiente donde unos pocos sobreviven a duras penas y otros siguen tratando de tener el poder. Es decir, y en resumidas cuentas, el mundo de siempre, pero más encarnado, reducido y directo. Una advertencia sobre los peligros de la naturaleza humana y también sobre las consecuencias de nuestros actos presentes. Una de las visiones más violentas nos la dejó George Miller (1945) en su saga de Mad Max, especialmente a partir de la segunda entrega, estrenada en 1981, con esos parajes desérticos en los que la locura, la sed y la violencia se esparcían por el mundo.

Hayao Miyazaki (1941) siempre ha impregnado sus obras de sus preocupaciones e inquietudes, como le sucediera a Unamuno (1864-1936) en sus novelas, habiendo dos grandes ejes temáticos que han aparecido aunque fuera como telón de fondo: la defensa de la naturaleza, con cierto carácter ecológico, y el pacifismo, con un fuerte rechazo a las guerras y a la forma de usar a las personas o a los objetos para el asunto bélico. No obstante, suele dejar siempre un mensaje esperanzador de cambio hacia el futuro mediante obras generalmente alegres, que dejan traslucir un subtexto mayor al que simplemente se ve. Antes de fundar el Studio Ghibli con Isao Takahata (1935-2018), estrenó la que considero su película más pesimista: Nausicaä del Valle del Viento (1984), que se basa en una historia propia del director.


Precisamente podemos considerar que, en la trayectoria de Miyazaki, hay ciertas obras que parecen ecos entre sí. De esa forma, Nausicaä del Valle del Viento tiene a su hermana en la posterior La princesa Mononoke (1999), aunque debo considerar que la primera, a pesar de haberla realizado antes, tiene un toque de madurez y distinción bastante particular, además de mostrarnos un páramo más desolador. Curiosamente, el final esperanzador que propone parece un guiño de Miyazaki hacia el futuro y la juventud, pero también parece un compromiso con la realización de unas producciones que no dejen de ser amables con el espectador. En cierta forma, parece que no se atreva a tomar una decisión tan arriesgada con su protagonista en el tramo final y opte por una salida que podría parecernos un deus ex maquina. En este sentido, ya dentro de Ghibli, sería Takahata quien liderase las obras más experimentales y también menos amables.

Nos trasladamos a un futuro en el que los seres humanos sobreviven en un mundo peligroso, a orillas de un enorme bosque contaminado y lleno de toxinas que les hacen enfermar y morir. Según la traducción, podemos estar hablando del Bosque Contaminado, del Mar de Putrefacción o del Mar del Ocaso. En ese bosque habitan mutaciones gigantes de insectos, entre las que destacan las criaturas llamadas Ohms, que son las que aumentan y esparcen las toxinas y la destrucción de su bosque. En esta situación, los habitantes de un pequeño valle intentan mantenerse vivos aprovechando el viento que mantiene alejadas las toxinas y conviviendo con la naturaleza que le rodea. Una vida frágil dado que están rodeados de reinos o imperios más cercanos que batallan entre sí y que aspiran a destruir ese bosque. A la cabeza de este pueblo encontramos a la joven princesa Nausicaä.


La particularidad de Nausicaä es que se presenta como una de las protagonistas más audaces e independientes de Miyazaki, siendo una de sus personajes más completos. Y esto es de admirar teniendo en cuenta que gracias a él tenemos a personajes femeninos tan destacados como Chihiro, Sophie o Mononoke, por destacar al trío de películas más populares del director. En este caso, Nausicaä aúna unas características particulares: es una princesa querida por su pueblo, pero no ejerce su rol desde la distancia o la superioridad, sino desde la cercanía y el respeto producido por su labor de liderazgo. Como descubrimos pronto en la película, lleva consigo ese peso sustituyendo a su padre, incapacitado por la enfermedad que causan las toxinas. 

Pero, además, es una persona inquieta, intrépida y curiosa. Desde que se inicia la obra, contemplamos en silencio la travesía de Nausicaä por el Mar del Ocaso en una secuencia en la que no vemos su rostro, pero bien se parece a una arqueóloga descubriendo una civilización antigua. Aunque desconocemos si hubo influencia directa, es destacable el parecido entre la presentación de Nausicaä con la de Rey en El despertar de la Fuerza (2015), con una estética y unas secuencias similares. Aparte, como sucedía en El castillo ambulante (2004), Nausicaä tiene una habitación particular y secreta, muy parecida a la de Howl, en la que desarrolla su investigación más secreta y donde tiene su santuario particular. Así combina la acción de adentrarse en un lugar peligroso con la investigación, es decir, con las ganas de saber más sobre el mundo que la rodea. Todas estas características están combinadas con precisión y nos hacen sentir empatía por esta joven y destacada protagonista.


Quizás tanto desarrollo pesa contra los demás personajes, que quedan eclipsados ante su presencia. Sin embargo, caben destacar algunas cuestiones. Para empezar, la princesa Kushana, que representa el lado perverso y despiadado de este mundo. Como sucedía en La princesa Mononoke con Lady Eboshi, es una mujer ambiciosa, pero su liderazgo se basa en el sacrificio y el miedo, siempre distante a sus subordinados (quienes, a su vez, viven a su sombra deseando usurpar una parcela de poder). Aunque tenga buenas habilidades, no trata de entender el mundo que la rodea, sino imponer su visión al mismo, conquistando e invadiendo a quienes se opongan. Incluso es capaz de recurrir a un arma peligrosa que podría devastar el mundo, un ser arcano del que acaba abusando, por su propia incapacidad para admitir su derrota. De nuevo, la militarización y el desarrollo tecnológico son criticados abiertamente por Miyazaki; como ya dijimos, es uno de sus temas fetiches, frente a lo cual propone siempre una vida más unida a la naturaleza. A fin de cuentas el propio Studio Ghibli abunda en el uso del tópico de desprecio de corte y alabanza de aldea. Por poner ejemplos ajenos a Hayao, lo tenemos en obras de Takahata, como Recuerdos del ayer (1991) o Pompoko (1994), pero también en otras ajenas al dúo de fundadores, como El recuerdo de Marnie (2014), de Hiromasa Yonebayashi.

Siguiendo con el comentario de los demás personajes, es destacable también la presencia del maestro Yupa, un sabio nómada que me ha recordado a la figura de Gandalf, de El señor de los anillos, en su visita a La Comarca. Por suerte, no es solo una voz sabia, sino que también es un confidente para Nausicaä y un buen diplomático en casos necesarios. Es un personaje misterioso, del que se van mencionando hechos que luego Miyazaki tiene la decencia de demostrar con total naturalidad, evitando caer en la simple palabrería o en forzar situaciones. Yupa defenderá a los habitantes del Valle del Viento, que son los más cercanos a una vida en sintonía con la naturaleza, siendo un conjunto de personas aguerridas con un gran sentido de la fraternidad. Cuenta con una guía, Obaba, que a pesar de su ceguera, demuestra tener una gran visión de las cosas. Como curiosidad, destaca el contraste entre la personalidad tan completa de Nausicaä con las demás mujeres del Valle, mucho más encasilladas en roles tradicionales. No obstante, cabe destacar que todas las mujeres de la obra cuentan con habilidades para ayudar a nuestra protagonista, sobresaliendo las acciones de las mujeres de Pejite, que a pesar de estar insertas en patrones tradicionales, los rompen para conseguir ayudar a la protagonista.


Aprovechando la mención de Pejite, debemos mencionar las características de las otras dos civilizaciones que componen el panorama de la obra. Por una parte, Tormekia, que son conquistadores despóticos, liderados en este caso por la ya mencionada princesa Kushana. Este imperio es bastante inconsciente de las consecuencias de sus actos y siguen, según se menciona en la película, los mismos errores que llevaron a la humanidad a esta situación. A fin de cuentas, representan lo peor del ser humano: su vanidad, su avaricia y su belicismo. En el otro lado, tenemos a Pejite, enfrentados a Tormekia, pero conscientes de su debilidad. Se trata de una civilización desesperada que actúa de forma kamikaze, aunque están imbuidos de cierto carácter enigmático desde la primera aparición de su pobre princesa, Lastelle, hasta la de su hermano, que se convierte en un importante aliado de Nausicaä a pesar de su papel más secundario. Su carácter recuerda al protagonista de El castillo en el cielo (Hayao Miyazaki, 1986).

Aunque, por encima de los personajes, destaca ese mundo desolado que nos propone Miyazaki. Un tiempo distópico, un futuro de mil años, en el que la naturaleza ha devorado todo lo que el ser humano había creado. Como sucede en otras obras japonesas, hay un sentir panteísta, en el que la Tierra parece combatir de forma personificada contra los abusos del ser humano para rectificar el orden. Así, existen unas criaturas enormes, los Ohms, insectos difíciles de matar y que actúan en masas enormes arrasando con ciudades y civilizaciones y extendiendo consigo el Mar del Ocaso y toda la toxicidad mortal para la humanidad. Por ello, muchos intentan encontrar la forma de destruirlos, aunque el remedio pueda ser peor que la enfermedad. Nausicaä, por contra, quiere comprenderlos, igual que quiere descubrir qué es realmente el Mar del Ocaso y qué secretos guarda. De esa forma, hay dos grandes posturas enfrentadas en la película: la del conquistador bélico y la del investigador respetuoso. Resulta evidente por cuál se decanta Miyazaki y cuál critica.


Además de su narrativa, el director combina en la obra secuencias tranquilas y enigmáticas, en las que deja espacio a esa naturaleza inhóspita para contemplarla junto a la acción que se desarrolla, ya sea a través de las grandes máquinas de Tormekia, los aviones, las secuencias en el aire de Nausicaä o la aparición de los Ohms. Cabe destacar también el buen uso de la elipsis: no es necesario mostrarlo todo cuando el espectador sabe que ha pasado, logrando darle aún más fuerza al descubrimiento trágico que hace Nausicaä durante la invasión de Tormekia. De la misma forma que también plantea unos flashbacks enigmáticos, como una memoria perdida y reconstruida, en lugar de mostrarlo de forma clara. Por otra parte, me gustaría destacar el uso, poco habitual en las partituras musicales de las obras de Miyazaki, del sintetizador, que le da un carácter futurista y bastante particular a la obra, acercándole a ese sentido de relato post-apocalíptico. La música fue compuesta por el compositor habitual de sus películas, Joe Hisaishi (1950).

En definitiva, Nausicaä del Valle del Viento demuestra la buena mano de Miyazaki a la hora de afrontar los temas sobre los que siempre ha vuelto, recurriendo a elementos que han estado presentes desde entonces. A pesar de ser una obra temprana en comparación con las que están consideradas sus mejores y más populares películas, contiene una de sus visiones más críticas y pesimistas, pero guarda también espacio para la esperanza y para la ambigüedad.

Escrito por Luis J. del Castillo

0 comentarios :

Publicar un comentario

¡Hola! Si te gusta el tema del que estamos hablando en esta entrada, ¡no dudes en comentar! Estamos abiertos a que compartas tu opinión con nosotros :)

Recuerda ser respetuoso y no realizar spam. Lee nuestras políticas para más información.

Lo más visto esta semana

Aviso Legal

Licencia Creative Commons

Baúl de Castillo por Baúl del Castillo se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.

Nuestros contenidos son, a excepción de las citas, propiedad de los autores que colaboran en este blog. De esta forma, tanto los textos como el diseño alterado de la plantilla original y las secciones originales creadas por nuestros colaboradores son también propiedad de esta entidad bajo una licencia Creative Commons BY-NC-ND, salvo que en el artículo en cuestión se mencione lo contrario. Así pues, cualquiera de nuestros textos puede ser reproducido en otros medios siempre y cuando cuente con nuestra autorización y se cite a la fuente original (este blog) así como al autor correspondiente, y que su uso no sea comercial.

Dispuesta nuestra licencia de esta forma, recordamos que cualquier vulneración de estas reglas supondrá una infracción en nuestra propiedad intelectual y nos facultará para poder realizar acciones legales.

Por otra parte, nuestras imágenes son, en su mayoría, extraídas de Google y otras plataformas de distribución de imágenes. Entendemos que algunas de ellas puedan estar sujetas a derechos de autor, por lo que rogamos que se pongan en contacto con nosotros en caso de que fuera necesario retirarla. De la misma forma, siempre que sea posible encontrar el nombre del autor original de la imagen, será mencionado como nota a pie de fotografía. En otros casos, se señalará que las fotos pertenecen a nuestro equipo y su uso queda acogido a la licencia anteriormente mencionada.

Safe Creative #1210020061717