Las costumbres pueden con nosotros y aunque nos quejemos abiertamente, entrar en mundos nuevos y comprenderlos puede llegar a resultarnos más difícil de lo que desearíamos. Vivimos más cómodos en la reiteración centrípeta de nuestros gustos o referentes. Por ello, salir de esa situación es complejo, aunque bastante necesario para abrirnos nuevas fronteras y descubrir que, seguramente, nos estamos perdiendo más de lo que nos imaginábamos al principio. Por eso mismo, los prejuicios tampoco ayudan.
Podríamos presuponer que Taxus 1: El último en llegar (2017) es un cómic más que sumar a la larga lista de productos creados a partir de la fama de un youtuber, pero eso no dejaría de ser más que un prejuicio sobre toda una serie de obras que, en realidad, son bastante diferentes entre sí. Tan solo hay que tener cierto ojo crítico para saber valorar cuándo nos están vendiendo la moto frente a las situaciones en que realmente encontramos, como mínimo, una auténtica obra personal y artísticamente atractiva.
Podríamos presuponer que Taxus 1: El último en llegar (2017) es un cómic más que sumar a la larga lista de productos creados a partir de la fama de un youtuber, pero eso no dejaría de ser más que un prejuicio sobre toda una serie de obras que, en realidad, son bastante diferentes entre sí. Tan solo hay que tener cierto ojo crítico para saber valorar cuándo nos están vendiendo la moto frente a las situaciones en que realmente encontramos, como mínimo, una auténtica obra personal y artísticamente atractiva.
La lectura de una obra así supone, por tanto, la ruptura con esta idea preconcebida, como también su creador, autor y dibujante, ha roto, o está en vías de hacerlo, con la comodidad que su alter ego, Loulogio, le había brindado en internet, y se enfrenta a sus lectores como Isaac Sánchez, el dibujante que fue y que nunca dejó de ser. Más allá de monólogos, reseñas y vídeos de doblaje humorísticos, gameplays junto a Roc, alias Outconsumer, y otros compañeros, o espectáculos varios en teatros y televisión, ha mostrado una gran pasión por el mundo del cómic, recomendando, analizando, reseñando y, sobre todo, dibujando. Anteriormente a su éxito como youtuber había publicado El regreso del hombre pez (2008), que se alzó con el premio Josep Coll del Salón del Cómic de Barcelona. Con Taxus, trata de regresar al dibujo con una saga que emplea elementos de la mitología cántabra.
En este primer tomo, acompañamos a Benito en su llegada a este peculiar mundo a través del árbol Taxus después de haber intentado suicidarse. Como se recalca en el cómic, se trata de un don nadie de apariencia despistada y afable, fotógrafo de profesión y con ciertos traumas arrastrados en su vida. Pronto tendrá que adaptarse a un mundo lleno de criaturas extrañas, aunque para ello contará con la ayuda de Laro y Anjara, quienes lo guiarán y acompañarán. A la vez, las criaturas oscuras parecen haberse empeñado en secuestrarlo.
Gracias a un elaborado dibujo pintado con acuarelas, donde se trabaja bastante bien con la luz (a destacar las viñetas que concluyen el tomo), los personajes se desenvuelven y se van presentando a través de su aspecto, sus intervenciones y, sobre todo, sus acciones. Aunque aparentan ciertos clichés, poco a poco Isaac nos va mostrando motivaciones ocultas y secretos que crearán interés en el lector y que plantean dudas e interrogantes para próximas entregas. A ello debemos sumar la forma en que juega y rompe con el horizonte de expectativas que pudiéramos tener sobre el argumento y su protagonista. En este aspecto destaca y se diferencia de lo que hubiera sido una aventura más habitual y, por tanto, menos estimulante.
Es más, lo que pudiera parecer, por otra parte, una desventaja, es decir, el uso de criaturas más desconocidas frente a los seres mitológicos más populares, especialmente griegos o nórdicos, acaba siendo un principal motivo atractivo para su lectura. La aparición de criaturas mitológicas de gran originalidad, que parten de una mitología menos conocida, como es el caso de la cántabra, le otorga una personalidad especial al cómic. Sin duda, varias de estas criaturas maravillarán al lector o lo atemorizarán, según el caso, porque tampoco se limita a la hora de tomar decisiones drásticas. Frente a este elemento menos popular, Isaac siembra su cómic de distintas referencias tanto populares como frikis, curiosamente la mayoría a través de Laro, lo que provocará que, en gran medida, el lector objetivo, aquel al que se dirige este tipo de cómic, se sienta también cómodo reconociendo estas menciones.
Quizás la parte más negativa de este primer tomo sea su brevedad y también ciertas escenas que finalizan de forma abrupta. Además, debemos mencionar la sensación de que deja en el aire demasiadas cosas que deberán fijarse o profundizarse en próximos tomos. Con todo, es una obra a tener en cuenta en perspectiva de futuro, no solo por su argumento, sino también por su destacada calidad artística y narrativa. Si bien no está inventando nada, juega a la perfección con todo.
Escrito por Luis J. del Castillo
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