Una tendencia común a toda una serie de películas es la transmisión de un ideal de superación y de sueños cumplidos gracias a la aceptación de los demás. Hablamos de obras positivas e idealistas donde los personajes resultan agradables, el conflicto nunca llega a ser excesivo o demasiado tétrico, y donde el final pretende una catarsis en la que el espectador sienta que, como sus personajes, también puede alcanzar sus metas pese a la adversidad.
La película francesa La familia Bèlier (Eric Lartigau, 2014) entra dentro de esta categoría aportando además un planteamiento original cuyo desarrollo se decanta más por la comedia de enredos que por otras posibilidades más atrevidas.
Para empezar, nos sitúa en la vida de Paula (Louane Emera), una joven adolescente que vive en la una familia marcada por dos factores relevantes: su apego a la vida campestre, dado que tienen y viven de su granja, y la sordera de todos sus miembros, salvo de la propia Paula.
No obstante, no pretende el argumento acudir a melodramas baratos, dado que no hay ningún trauma en esta situación, más bien es la normalidad para Paula que debe tratar de justificarla o explicarla a quienes la desconocen. Ella se encarga de todo lo relativo a comunicarse con el mundo: banco, médico y hasta el uso del teléfono. Ahora bien, llegada ya la adolescencia, comienza un primer interés amoroso que la llevará a descubrir su talento para la música. Un talento que su familia no puede comprender, pero que a ella la impulsaría para un futuro brillante.
No obstante, no pretende el argumento acudir a melodramas baratos, dado que no hay ningún trauma en esta situación, más bien es la normalidad para Paula que debe tratar de justificarla o explicarla a quienes la desconocen. Ella se encarga de todo lo relativo a comunicarse con el mundo: banco, médico y hasta el uso del teléfono. Ahora bien, llegada ya la adolescencia, comienza un primer interés amoroso que la llevará a descubrir su talento para la música. Un talento que su familia no puede comprender, pero que a ella la impulsaría para un futuro brillante.
Esta sencilla historia tiene además varias subtramas que nos sitúa a cada personaje en un panorama poco común, a fin de evitar caer en tópicos en relación a los miembros sordos de la familia: el hermano menor de Paula tiene buena capacidad para ligar, además de una simpatía peculiar, el padre trata de impulsar su carrera política como alcalde de la ciudad y su madre sueña con mantener los lazos familiares en un momento crítico. Todo ello enmarcado en la peculiaridad de que la protagonista es extraña dentro de su familia por un rasgo más que evidente, pero que marca una distancia difícil para su sueño. No se aleja mucho de convertirse en una metáfora de los sordas que están algunas familias a la auténtica identidad y vida de sus hijos.
Como resulta obvio, el argumento avanzará en torno a la cada vez más pronunciada ausencia y rebeldía de Paula mientras oculta a su familia la verdad de unos ensayos que, de ser descubiertos, serían prohibidos. Sin embargo, también nos muestra cómo todos tratan de sobrevivir sin su ayuda, aunque para ello caigan en errores obvios. Tanto su familia como ella deben aprender de la situación y afrontarla, algo que hacen sin temor, como bien representa el carácter del padre al enfrentarse a una candidatura política. Todos los detalles de creación de personajes provocan que sean simpáticos para el espectador, pero no complacientes.
Paula quiere brillar y para ello, deberá afrontar uno de los grandes retos de la vida, es decir, salir de su área de confort, adentrarse en un mundo que le resulta ajeno y romper en cierta forma con el status quo de su familia, lo que podría suponer una ruptura para todos. Como resulta evidente, la película trata de transmitirnos buenas sensaciones y su resolución es más que obvia, pero en este caso, la valoración depende más del camino realizado que de la meta.
En resumidas cuentas, aunque previsible, es agradable, tiene un buen y original planteamiento y personajes bien definidos, pero en ningún caso arriesga más de la cuenta ni propone sensaciones más agridulces que hubieran beneficiado al conjunto. Tampoco acaba por decantarse en hacer una valoración más social, aunque apunta a ello en ciertas escenas, y en muchas ocasiones, el drama adolescente salpicado de bromas varias acaba siendo la nota predominante de la cinta. Música, esperanza, familia peculiar y una tarde sin grandes expectativas son los componentes a tener en cuenta para acercarte a La familia Bèlier.
Escrito por Luis J. del Castillo
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