POESÍA 1979-1996
Existen dos cualidades que encajan como un guante en la personalidad de Luis Alberto de Cuenca (1950): humanismo y divulgación. Unas constantes que navegan por los mares de la cultura literaria e histórica en general, y de los grandes hitos fantásticos en particular. Entusiasmo, melancolía y honestidad no les andarían a la zaga.
Poeta, filólogo, editor, traductor, letrista musical, ensayista y académico de número de la Real Academia de la Historia (2010), Luis Alberto de Cuenca ha sido jefe del departamento de filología grecolatina del CSIC, así como director del Instituto de Filología y del departamento de publicaciones del mismo centro, además de responsable de la publicación Arbor. Revista de ciencia, pensamiento y cultura. De Cuenca fue también director de la Biblioteca Nacional de España (1996-2000) y Secretario de Estado de Cultura (2000-2004). Entre otras distinciones, es académico de la agrupación cultural Buenas Letras de Granada (2009).
Dentro de esa labor humanística, cabe destacar que en 2012 acometió, junto a su esposa, la abogada y también filóloga Alicia Mariño (1958), la adaptación de la obra El tiempo y los Conway (1937) de J. B. Priestley (1894-1984), una de las piezas más emocionantes de todo el repertorio teatral del siglo XX, tan atemporal como adscrita al propio devenir del tiempo. Más recientemente, ha culminado una traducción ecdótica del Macbeth (1611) de William Shakespeare (1564-1616), en colaboración con el anglista José Fernández Bueno (-).
In the car, de Roy Lichtenstein (1963) |
En efecto, saber transmitir forma parte de la poética de Luis Alberto de Cuenca. Una labor fundamentada tanto en los pilares clásicos como en las reformulaciones noblemente populares del siglo XX. Pero la marcial personalización de sus fuentes no exime de poder compartirlas por vía de la identificación y la empatía. Su visión transcultural supone el cordial maridaje entre lo cotidiano y lo maravilloso, faceta última que desea la indisoluble integración con una épica a pie de calle, no como sinónimo de banalización, sino de vivaracha trascendencia. Como esenciales enxiemplos, en esa poética tienen un lugar muy destacado el cine y la literatura de género.
Luis Alberto de Cuenca sabe que lo mitológico es nutriente de lo fabuloso. No es su finalidad adornar sus versos con sentadas cátedras, sino conversar con el héroe contemporáneo, anónimo y desapercibido, tantas veces derrotado, que se desenvuelve entre los muros de las ciudades modernas y que, posiblemente, pocas veces ha tenido tanto protagonismo en unos versos. Y es que el legado poético del autor -también el ensayístico- no consiste en epatar o aleccionar, sino en compartir y redescubrir(nos).
Más que una antología al uso (de las que ofrecemos información adicional al término de este artículo), la edición Poesía 1979-1996 (Cátedra, 2006), elaborada por Juan José Lanz (1963; con todo, su introducción me resulta filológicamente enrevesada y reiterativa en exceso), es la recopilación de cuatro poemarios al completo: La caja de plata (1985), Premio de la Crítica en poesía, El otro sueño (1987), El hacha y la rosa (1993) y Por fuertes y fronteras (1996), corpus que contiene poemas que se remontan a finales de los setenta y primeros ochenta. Un motivo fundamental en muchos de esos poemas es la presencia del arquetipo femenino, de la Diosa Blanca, presente aún cuando se halla ausente o en la distancia, y que se refleja en composiciones como La huida a Egipto, Aniversario o Cnoso.
A su vez, la fantasía y la subversión de la realidad se deslizan en los versos de La amazona de Mordor, Jano, Zombies en la calle, La resucitada, El fantasma, El enemigo común, La princesa y el dragón o La bruja de Madrid. Toda una simultaneidad de planos –que etimológicamente deriva de planetas: viajeros-, recopilada en secciones como Serie Negra (La caja de plata), Viñetas (El otro sueño), Álbum de recortes y Perfiles Literarios (El hacha y la rosa), e incluso Animales domésticos (Por fuertes y fronteras).
Grafiti de Joka |
Representación de la Diosa Blanca, Anónimo |
Su relación con los universos paralelos de raigambre popular también se manifiesta en títulos como El Cuervo y otros poemas góticos (Los versos de Cordelia, 2010), La mujer y el vampiro (Rey Lear, 2010), el impagable En la cama con la muerte. Veinticinco poemas fúnebres (Isla de Siltola, 2011) o su último poemario hasta la fecha, Cuaderno de vacaciones (Visor, 2014).
En cuanto a otras antologías del autor, destaquemos Vamos a ser felices y otros poemas de humor y deshumor (Ayto. de Lucena, 2003), De amor y de amargura (Renacimiento, 2003), Embrujado jardín (Vitruvio, 2010) o Los mundos y los días (Visor, 2012).
Viñeta de Little Nemo, de Winson McCay |
Escrito por Javier C. Aguilera
Oye pues ni idea, pero tendré que solucionarlo.
ResponderEliminarMe encanta que se rescaten clásicos, es la forma de ir pasando por ellos
Besos
Nunca es tarde si la dicha es buena :) Esperamos que te guste la poesía de Luis Alberto de Cuenca.
EliminarHola!
ResponderEliminarEstaba buscando un libro de poesía que me pudiera gustar y he encontrado tu blog, gracias por descubrirme este libro, me encanta el diseño de tu blog.
Saludos y besos, tienes una nueva seguidora, pasate por el mío si te apetece